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Novedoso procedimiento podría curar diabetes tipo 1

Por: Redacción La Jornada Baja California

Ciudad de México, 13 de noviembre. La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que se desarrolla cuando el sistema inmunitario ataca y destruye las células beta pancreáticas, las cuales se encargan de producir insulina, la hormona que le permite a la glucosa que circula en la sangre entrar en las células y transformarse en energía.

“Debido a este proceso autoinmune, las personas con diabetes tipo 1 presentan altos niveles de glucosa en la sangre, por lo que requieren, a diario y de por vida, insulina exógena para controlarlos, de lo contrario, no podrían sobrevivir”, señaló la investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María Teresa Tusié Luna, en ocasión del Día Mundial de la Diabetes.

En México hay unos 15 millones de individuos con diabetes, de éstos, alrededor de ocho por ciento tiene diabetes tipo 1.

Hace unas semanas, la revista científica Cell publicó un artículo en el que se dio a conocer que, por primera vez en la historia de la medicina, una mujer con diabetes tipo 1 comenzó a producir su propia insulina dos y medio meses después de que un equipo de la Universidad de Pekín le trasplantó células extraídas de su propio organismo.

Dichas células fueron convertidas en células madre pluripotentes inducidas químicamente y diferenciadas en células de los islotes de Langerhans, que son los que generan las células beta, productoras de insulina.

“A esta mujer se le diagnosticó diabetes tipo 1 a los 14 años, pero más tarde también desarrolló una enfermedad hepática que derivó en dos trasplantes de hígado con muy poco tiempo de diferencia entre uno y otro. Y como presentaba picos muy altos y bajos de glucosa requirió, además, un trasplante de páncreas, el cual le fue retirado al cabo de un año”, destacó Tusié Luna.

Variabilidad individual

Las células madre son aquellas que tienen la capacidad de convertirse en células especializadas, como las del cerebro, la sangre o los músculos. Sin embargo, en un adulto son escasas.

En la actualidad los científicos cuentan con el conocimiento y la tecnología necesarios para tomarlas de cualquier parte del cuerpo y reprogramarlas como células madre pluripotentes inducidas químicamente.

En el caso de la paciente mencionada, los investigadores de la Universidad de Pekín tomaron células del tejido adiposo, las desprogramaron como tales y con la ayuda de moléculas sintéticas las reprogramaron como células madre pluripotentes inducidas químicamente. 

A continuación, diferenciaron éstas en células de los islotes de Langerhans, entre las cuales había células beta, productoras de insulina, y las trasplantaron al tejido muscular subcutáneo del abdomen de la paciente.

Los investigadores observaron que 60 por ciento de estas células de los islotes de Langerhans eran beta, 10 por ciento alfa y 10 por ciento sigma. 

Las beta empezaron secretar insulina en el torrente sanguíneo en función de los niveles de glucosa que mostraba la paciente y, gracias a distintos marcadores, como la hemoglobina glicosilada, a los cuatro o cinco meses los investigadores comprobaron que la glucosa estaba controlada.

Después de un año de seguimiento, no ha necesitado que se le administre insulina exógena, pues el control de la glucosa depende de la insulina secretada por esas células reprogramadas.

“Con todo, debemos considerar que éste es tan sólo un caso. La desprogramación de células somáticas -es decir, de cualquiera de nuestros tejidos- y su reprogramación como células madre pluripotentes inducidas químicamente, y la posterior diferenciación de éstas en células beta es un proceso complejo que tiene determinadas particularidades”, precisó Tusié Luna.

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