Variaciones climáticas afectan disponibilidad de agua en ciudades de México
Ciudad de México, 18 de diciembre. El crecimiento de la población, el nivel de ingresos, la infraestructura hidráulica y, más recientemente, las variaciones climáticas, afectan la disponibilidad de agua para el consumo doméstico en las grandes ciudades del país, reveló un estudio del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Víctor Orlando Magaña Rueda, investigador de dicha entidad académica; Carlos Joel Ábrego Góngora, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL); y Baldemar Méndez Antonio, de la Comisión del Agua del Estado de México, encontraron que en las metrópolis mexicanas el acceso al recurso hídrico es desigual, mientras que el clima también se manifiesta en el consumo, que se eleva en temporadas de calor.
“Queríamos saber si el calentamiento global llevaba a las personas a consumirla hoy en día más que antes, un asunto de la mayor importancia porque no es sólo que quieran beber más o bañarse seguido, sino que somos mayor número de pobladores, y esto requeriría que su abasto creciera significativamente”, explicó Magaña Rueda.
De acuerdo con el experto, existen pocos datos sobre cuánta se usa de manera constante, aunque se sabe que aumenta en temperaturas cálidas entre un 10 y 15 por ciento.
Tecnologías domésticas
Destacó que el país requiere mejor gestión del vital líquido, sobre todo en la agricultura. No existe planeación adecuada y se necesita estrategia coordinada y conciencia de todas las personas para aminorar los impactos por el alto uso.
“Requerimos una cultura del agua que nos involucre a todos los ciudadanos y una conciencia clara de que, entre más usuarios seamos, existe mayor vulnerabilidad hacia ese recurso”, subrayó.
Para abatir desde nuestros hogares el desperdicio, el especialista recomendó instalar tecnologías domésticas y accesibles de comprar, por ejemplo regaderas ahorradoras y sistemas para adaptar en inodoros y lavabos.
Magaña Rueda y sus pares encontraron en su investigación que el clima también es esencial en el consumo, pues el factor temperatura máxima es un modulador de la demanda y su efecto es detectable en los periodos más cálidos del año, previo al inicio de la temporada de lluvias de verano.
Sin embargo, los científicos destacan en su artículo que en grandes ciudades de México estos gastos per cápita tienden a disminuir en décadas recientes, porque la provisión del recurso no aumenta al ritmo con que crece el número de usuarios.
De esta manera, el principal modulador climático de los consumos de agua es la sequía meteorológica, pues su ocurrencia da como resultado baja disponibilidad y, con frecuencia, sequía socioeconómica.
Por lo tanto, una mejor gestión hídrica urbana debe incluir estrategias de uso de información climática en donde se priorice la provisión a las urbes, concluyó.