Reforestan 500 mujeres zona donde se cultivaba droga, en Guerrero
Ajuchitlán Del Progreso, Gro., 15 de julio. En 30 hectáreas donde antes se sembraba amapola –de donde se obtiene goma de opio, sustancia base para la producción de heroína– unas 500 mujeres de 10 ejidos de la Sierra Madre del Sur, región asolada por la violencia criminal, plantaron durante dos días miles de árboles de pino, en un intento por frenar los efectos del cambio climático, conservar la fauna y recargar los mantos acuíferos.
La jornada de reforestación comunitaria Mujeres protegiendo la sierra Tecuani, es parte de una iniciativa impulsada por el Fondo Territorial Mesoamericano (FTM), con una donación de 30 mil dólares, que tiene como finalidad la restauración forestal de la región, con plantas cultivadas por los propios lugareños.
La faena se llevó a cabo en los poblados de Fresnos, El Balcón, Cuatro Cruces, El Moreno, Coronillas, La Trinidad, Cordón Grande, Bajos del Balsamar, San Antonio de las Texas y Tierras Blancas, pertenecientes a los municipios de Ajuchitlán del Progreso, San Miguel Totolapan, Coyuca de Catalán, Tecpan y Atoyac de Álvarez.
En el comienzo de esta tarea, en la ladera Puerto de los Pineda, de la comunidad El Balcón, municipio de Ajuchitlán del Progreso, entre lluvia y neblina se observó a pobladoras sonrientes, algunas acompañadas de sus esposos, limpiando la loma. «Hoy vamos a plantar, tan solo aquí, unos 4 mil 800 arbolitos», dijo Guadalupe.
Proceso difícil por discriminación y patriarcado
En entrevista, comentó: «yo soy de aquí; vino el programa de Sembrando Vida que ha hecho que tengamos una huerta y de dónde vivir. Pedimos a la presidenta (electa) Claudia Sheinbaum, que nos ayude, nos aumenten el sueldo, porque no nos alcanza».
«Soy viuda, estoy sola, vamos a cumplir dos años y medio de que las mujeres nos organizamos; todos los años sembramos árboles, participan niños y niñas, somos más de 100 mujeres», explicó.
Nancedalia Ramírez Domínguez, del ejido de Cordón Grande, municipio de Técpan de Galeana, y pionera en la organización de las féminas de la sierra, reconoció que «ha sido un proceso muy difícil; ha existido durante mucho tiempo la discriminación, el patriarcado, por lo que la participación de las mujeres en las comunidades ha sido paulatina».
Recordó que ha sido una tarea de nueve años “de hacer conciencia sobre todo dentro de los núcleos agrarios, acerca de la importancia que tiene la mujer, como buena administradora de los recursos naturales, como educadora.
“Aquí –subrayó– las mujeres se dedican al hogar, se está haciendo un diagnóstico para saber qué quieren aprender, qué quisieran hacer.
«En las comunidades rurales todavía es mucho más profundo el tema del patriarcado, del machismo, pero los hombres se están dando cuenta de que es importante la participación de las mujeres«, destacó.
Ramírez Domínguez puntualizó que el objetivo es llevar a cabo a cabo estas actividades de manera comunitaria y colectiva, que no haya una división entre hombres y mujeres, y con ello demostrar que sí se puede trabajar de manera conjunta.
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Acompañando a su madre en la faena, la niña Evelyn N, con las mejillas rojizas por el frío, compartió: «Voy en sexto de primaria y quiero estudiar veterinaria. Me gusta la sierra porque hay muchos árboles, muchas plantas, muchos animalitos, como venados, conejos, cuches (puercos), pájaros».
Ivón Colchero, coordinadora del Campus Universitario en Desarrollo Sustentable de la Universidad Autónoma de Guerrero, con sede en Técpan de Galena, recordó que la institución apoya a la sierra impulsando las carreras de ingenierías en sistemas ambientales y en producción sustentable.
«Nuestros estudiantes, maestros e investigadores desarrollan sus prácticas en la zona alta de la sierra; hacen trabajo de campo, y de investigación, y se vinculan con los pueblos a través de los proyectos».
Indicó que hay alumnas del poblado de Cordón Grande que ya hacen su maestría en Acapulco; «apenas el rector Javier Saldaña Almazán anunció la carrera de agronegocios en apoyo a esta zona».
Este año, 16 estudiantes recibieron su título profesional que los acredita como ingenieros en sistemas ambientales e ingenieros en producción sustentable.
El proyecto
Los trabajos de la jornada de reforestación comunitaria Mujeres protegiendo la sierra Tecuani comenzaron el sábado con la participación del Colectivo de Mujeres de la Región Sierra del Estado de Guerrero, en coordinación con la Unión de Ejidos Forestales General Hermenegildo Galeana; la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red Mocaf), el ejido Cordón Grande y la Coordinadora de Mujeres de Red Mocaf.
En su intervención, Gustavo Sánchez Valle, presidente de la Red Mocaf, explicó que «se trata de un proyecto piloto, estamos seguros de que si nos ponemos de acuerdo entre todos los que estamos aquí, vamos a poder gestionar mayores recursos del FTM para este tipo de actividades».
Expuso que es una iniciativa que impulsa la Alianza Latinoamericana de Pueblos y Bosques, la cual «es una plataforma a nivel regional, de seis países y 10 organizaciones, entre ellas la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales».
Resaltó que «el espíritu del proyecto es que los recursos invertidos a nivel internacional para detener el cambio climático, puedan llegar a las comunidades, porque solo llega al territorio afectado 10 por ciento, o a veces menos, de todo lo que se invierte en todo el mundo para detener el cambio climático».
Advirtió que «si no existen mecanismos de financiamiento creados por las propias comunidades y pueblos indígenas, el recurso se va quedando en diferentes instancias de intermediación. Esto es excesivo. Formamos el fondo mesoamericano que está dando los primeros apoyos en México, Guatemala, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y Panamá».
En México hay tres iniciativas
Sánchez Valle mencionó que en México «hay tres iniciativas: una aquí con los compañeros de la Unión de Ejidos Hermenegildo Galeana, otra en la Sierra Norte de Puebla, ahí se trabaja con dos organizaciones, una que se llama Ocote Real que es una cooperativa y con la Unión de Ejidos de la Sierra Norte de Puebla, y Veracruz, con la organización indígena del pueblo Totonaca Limaxtum. En el caso de Guerrero y Puebla son para reforestar y aforestar«.
Refirió que “la situación en las regiones forestales es complicada y es donde se requiere mucho más apoyo. La unión de ejidos Hermenegildo Galeana, junto con otras agrupaciones, «impulsa procesos de buena gobernanza, a pesar de las amenazas que hay en temas de inseguridad, entre más fuerte sea el tejido social, más resistente es a estos fenómenos de la violencia y del crimen organizado».
Fidencio Sánchez Atanasio, presidente de la Unión Hermenegildo Galeana, puntualizó: «Pertenecemos a un ejido forestal, en el que desde hace 30 años comenzamos las actividades de protección y del manejo del bosque, que ya aprovechamos y generan beneficios para las comunidades; eso nos motiva a seguir protegiendo los recursos naturales, más ahora con el tema del cambio climático».
Sin embargo, subrayó, “la principal demanda es la construcción de los caminos, estamos comprometidos con el tema de protección y cuidado del medio ambiente, y se presentó una situación complicada en algunos ejidos, donde incluso se pidió apoyo del Ejército Mexicano, de la Comisión Nacional Forestal y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
«Confiamos que la (virtual) presidenta electa, Claudia Sheinbaum, nos va a atender en el tema del medio ambiente, por el perfil que tiene, es una investigadora. Ya nos acercamos con ella, le hicimos unas peticiones en el tema de los caminos», afirmó.