Indaga Taibo II las redes del nazismo en el Soconusco, Chiapas
El historiador Paco Ignacio Taibo II escribió el libro Café, espías, amantes y nazis “para ilustrar que un neonazi de 24 años hoy en México ignora quiénes eran sus abuelitos, que eran horrorosos; aquí lo registramos”, dijo ayer durante la presentación del título que se obsequió a los asistentes.
En el Museo de la Ciudad de México, el narrador afirmó que el mundo donde campeaba ese fascismo «nos parece tan lejano y, de hecho, está tan tremendamente lejano«; sin embargo, continúa aquí.
Abundó que cuando de la Brigada para Leer en Libertad le pidieron un texto sobre el nazismo recordó este documento y se los cedió gratuitamente «para seguir la tradición de los alrededor de 15 libros sobre los que no he cobrado derechos de autor».
El título será repartido de forma gratuita en las próximas ediciones de la Feria del Libro Zócalo cerca de ti, cuya siguiente edición se celebrará en Tulyehualco.
En la presentación también participaron Paloma Sáiz, directora de la Feria Internacional del Libro del Zócalo e integrante de la Brigada para Leer en Libertad, y Argel Gómez, titular de Grandes Festivales Comunitarios de la Ciudad de México.
Paco Ignacio Taibo II refirió que cuando preparaba la novela Retornamos como sombras se empezó a preguntar de dónde salen los personajes. Su curiosidad lo llevó a realizar descubrimientos sorprendentes, como el de Hilda Krüger, una actriz que fracasa en Hollywood y tiene nexos con las altas jerarquías del nazismo en Alemania.
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Luego supo que fue la amante del presidente Miguel Alemán, quien le puso “una casa chica en la colonia Roma y el acceso por rebote a los misterios y desmisterios de la política nacional. Antes fue amante del director del Banco Nacional de México. Además, formó parte del servicio de contraespionaje alemán establecido y amparado en México. Tuvo peso en la comunidad intelectual y reapareció en una cena en casa del O’Gorman”.
Reseñó que en los años 30 existió un “súbito y extraño interés por parte de los servicios de contraespionaje alemán para la posible penetración a Estados Unidos, posible o potencial enemigo. En esa medida, México era el portaviones desde el cual poder hacerlo. Por lo tanto, la infiltración de redes de agentes secretos pasaron por México.
Economía del café dominada por alemanes
“De todas estas historias, la más impresionante era la del café. En el Soconusco de Chiapas se había estado construyendo una economía del café dominada por finqueros alemanes (…) Salía por contrabando hacia Guatemala, de donde se iba a Portugal y luego a surtir la industria y riqueza del café en Alemania.”
Relató que, según investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia, entonces existieron haciendas en la región que ostentaban en su salón de banquetes un cuadro de tamaño natural de Hitler, donde se realizaban entrenamientos de alemanes de segunda generación que marchaban por la selva con gramófonos e himnos de Alemania.
Taibo II sintetizó que el tema «me obligó a ver este universo en México del nazismo, de las redes nazis, de Hilda Krüger, de los equipos de espionaje y, sobre todo, de las complicidades en el gobierno mexicano porque una parte era filonazi. Hay una profunda red de corrupción periodística que está operando y se romperá con la presión estadunidense sobre los medios y los barcos petroleros hundidos por submarinos alemanes para impedir el flujo de petróleo a las refinerías en Texas, material de guerra».
Relató que encontró «delirios como José Vasconcelos recibiendo dinero para una revista cultural literaria en la embajada estadunidense, o el de Dr. Átl, otra figura de la cultura mexicana, haciendo un censo de judíos».
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Durante la charla, Dieter Müller, representante en México de la Fundación Rosa Luxemburgo, alertó sobre el resurgimiento de los totalitarismos en Europa y el resto del mundo con sus posiciones racistas, xenófobas y misóginas.
Ejemplificó, con datos de Alemania, que en este año se han registrado 23 mil 493 crímenes con motivos de la extrema derecha, desde la agresión verbal hasta el asesinato. En comparación, una década antes se contabilizaban entre 700 y 900 de ese tipo de delitos.
Mencionó que no basta denunciar el crecimiento de la extrema derecha en la escala global, sino que se deben entender qué procesos están acrecentando su influencia para combatirlos, pues estas expresiones políticas ya no se identifican como antes, ya no son los cabezas rapadas, los tatuajes o un tipo de vestimenta. Ahora tienen otras formas.
En este escenario, continuó Müller, las opciones de izquierda deben desarrollar estrategias incluso para conocer las subjetividades que permiten esta vuelta de los fascismos, y pidió poner atención y ser solidarios con las víctimas, pero también buscar alternativas y mecanismos por el bien de todos.