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México

Grupo Frontera congrega a 190 mil asistentes en la CDMX

Por: Ana Mónica Rodríguez, Carlos Paul y Reyes Martínez / La Jornada

El Grupo Frontera fue recibido con entusiasmo en el concierto que ofreció en el Zócalo capitalino por el aniversario 213 de la Independencia, a pesar de la lluvia y ante 190 mil personas, según reportes del gobierno de la Ciudad de México.

En el escenario frente a la Catedral Metropolitana, a las 22 horas de este viernes 15 de septiembre, inició puntual la presentación del conjunto texano. Fueron ovacionados por un eufórico público que de inmediato coreó el tema No se va.

El ambiente se prendió y los seguidores de la banda continuaron cantando temas como Di que sí, entre otros que hicieron que los asistentes sacaran sus mejores pasos; los gritos subieron de tono cuando la agrupación interpretó El rey y Estos celos, éxitos que se recuerdan en voz del cantante y actor Vicente Fernández (1940-2021) y que ahora hizo suyo el Grupo Frontera, con su líder y vocalista Adelaido Solís III al frente quien dijo en los primeros momentos de su presentación: estar aquí es un sueño cumplido para nosotros.

Más adelante interpretaron sus éxitos Le va a doler y Te metiste, para dar paso a la participación del cantante Manuel Turizo, a quien acompañaron con sus temas La bachata y De lunes a lunes.

Los más de 45 minutos del concierto previo a la ceremonia del Grito fueron transmitidos en los canales de televisión del Sistema Público de Radiodifusión de Estado Mexicano y a través de las plataformas digitales como Facebook y X (antes Twitter).

En el día patrio, antes del aguacero que cayó hacia las 17 horas de este viernes, el Zócalo capitalino lucía semivacío. Los paraguas e impermeables aparecieron entre quienes llegaron temprano a la plancha para sumarse al festejo.

El chubasco acompañado por granizo en algunos momentos provocó que los asistentes corrieran a resguardarse en los portales del edificio del gobierno de la Ciudad de México

Iluminación con motivos prehispánicos

La espectacular iluminación con motivos prehispánicos y de la gesta independentista fue apagada durante algunos minutos como prevención a cualquier contingencia. Volvió a brillar luego de que amainaron la lluvia y la ventolera.

El acceso al Zócalo resultó tranquilo, a pesar de los retenes, pues el deambular de las personas se desarrolló sin incidentes alrededor de las siete de la noche, a través de las entradas de las avenidas 20 de Noviembre y Cinco de Mayo, así como la de la calle Francisco I. Madero.

Desde ese momento, se presentaron integrantes de los Semilleros Creativos de la Secretaría de Cultura federal, con un programa que incluyó más de 20 presentaciones con música, danza, teatro, lenguas indígenas y mojigangas. Casi 900 jóvenes de esos grupos interpretaron piezas tradicionales mexicanas como Viva México y México lindo y querido, así como composiciones con mensajes de dignidad latinoamericana y derechos sociales. Fueron acompañados por artistas como Regina Orozco y Horacio Franco.

En los balcones, arriba del edificio del Centro Joyero de México, ondearon banderas cuando se escuchó el Cielito lindo, tras el cual la gente se emocionó en la plancha y aplaudió gozosa. ¡Viva México, viva!, se escuchó al unísono.

Familias completas, muchos niños y personas de la tercera edad deambularon sin preocupación por la Plaza de la Constitución, junto con sus acompañantes. Más banderas, sombreros, matracas, silbatos y celulares para tomar las fotos inundaron la plancha capitalina.

La fiesta nacional se prendió cuando en el ambiente se escuchó música grabada con el tema Amor prohibido, de Selena, rola durante la cual la gente siguió llegando y buscó un lugar al ritmo de la reina del Tex-Mex y de temas en la inolvidable voz de El Charro de Huentitán, Vicente Fernández.

Durante la presentación del grupo abridor de Frontera, Yahritza y su Esencia, los artistas recibieron rechiflas en su breve paso por el escenario debido a que muchos de los presentes no olvidaron las declaraciones que hicieron sobre la gastronomía nacional y la Ciudad de México, en especial. Los chilangos, se comentó en la Plaza de la Constitución, no perdonan las ofensas, y la banda pasó con más pena que gloria.

Cuando terminó la ceremonia patria permaneció la mayoría de las personas en el Zócalo, mientras unos pocos emprendieron el camino de regreso a sus hogares entre gritos de los vendedores de elotes, tamales, atole, que se mezclaron con la música que emergía de todos lados y el regreso de Grupo Frontera a los micrófonos. Hubo alrededor ambulancias, patrullas y discreta vigilancia. En diversos puntos, unas pocas personas siguieron bailando. La noche patria no decayó entre quienes se animaron a quedarse en la plancha del Zócalo a disfrutar el concierto que culminó más allá de la medianoche.

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