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México

Esperanza de vida saludable termina a los 60 años

Por: Carolina Gómez Mena / La Jornada

En el país, aproximadamente en sus últimos tres lustros de existencia, las personas experimentan diversos grados de dependencia a causa de problemas de salud. Esto, debido a que mientras la esperanza de vida promedio en México en 2022 fue poco más de 75 años, el promedio de vida saludable es menor, pues a partir de los 60 las personas adultas mayores viven con cierto grado de dependencia, señaló María del Carmen García Peña, directora del Instituto Nacional de Geriatría (Inger).

«Sabemos que más años de vida no son necesariamente equivalentes a buena salud; las personas mayores en México tienen, en promedio, más o menos 10 años de posibilidad después de los 60 años, cuando llegan a vivir con cierto grado de dependencia, y esto no ha cambiado en los últimos 15 años; seguimos teniendo esta esperanza de vida saludable muy corta; esto tiene que cambiar a partir de las estructuras y del sistema, de abatir la desigualdad, de distribuir la riqueza de otra forma».

En México existen poco más de 12.3 millones de personas adultas mayores y la carga de enfermedades crónicas en esa etapa de la vida aumenta, por lo que es necesario integrar un sistema nacional de cuidados, acotó.

En el simposio Envejecimiento y salud, innovaciones y retos en investigación, atención clínica y educación, organizado por el Inger y la Academia Nacional de Medicina de México, recordó que cada primero de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas Adultas Mayores, y Naciones Unidas destaca el respeto a los derechos humanos y la lucha contra la discriminación por edad.

El edadismo «está en todos lados, particularmente en las instituciones de salud», y acotó que según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía sobre discriminación, «las personas mayores reportan como sitio frecuente de este problema a las instituciones y al personal de salud». Incluso, advirtió se discrimina en relaciones interpersonales, y nosotros mismos somos agentes inconscientes de discriminación por edad, y no sólo a personas mayores, sino en general; precisó que «la discriminación excerba otras desventajas».

Sostuvo que el Estado mexicano juega un importante papel para contar con un sistema de cuidados para personas adultas mayores y con infraestructura de salud que responda a esas necesidades; adelantó que el Inger en breve pondrá en operación un espacio para la prestación gratuita de servicios sanitarios para este grupo etario sin seguridad social, con un modelo de geriatría especializado.

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