Produce regreso de Donald Trump incertidumbre en panorama económico
Ciudad de México, 28 de noviembre. Ante el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca es difícil hacer un diagnóstico económico preciso sobre lo que podría suceder en 2025; lo que es un hecho, es que vamos a entrar en un entorno de incertidumbre importante, señalaron académicos del Instituto de Investigaciones Económicas (Iiec) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
César Armando Salazar López, investigador adscrito a la Coordinación de Análisis Macroeconómico Prospectivo, refirió que para el siguiente año se espera una desaceleración del crecimiento en México, y en menor medida en el vecino país del norte.
En tanto, César Duarte Rivera, investigador del área de Economía Fiscal y Financiera, estimó que van a ser semanas y meses de demasiada incertidumbre y de cierta inestabilidad en el precio del dólar.
Salazar López advirtió: “hay que tener cautela, porque un proceso de desregulación, más que generar condiciones de crecimiento en el corto plazo, trae consigo problemas de crisis financieras”.
A mediano y largo plazo, especificó, se presenta un escenario donde las autoridades monetaria y financiera llegan a perder el control, lo cual sería perjudicial “porque esos son activos que no tienen un referente, son altamente volátiles”.
La Unión Americana, continuó, es nuestro principal socio comercial y hacia allá va el 85 por ciento de nuestras exportaciones.
Aunque Trump ha amenazado con imponer aranceles a México, no hay que olvidar que hay un tratado comercial firmado entre los tres países de América del Norte, el T-MEC, por lo que cualquier acción de ese tipo tendría que controvertirse en el marco de ese acuerdo y llevaría tiempo. Pero “conociendo la personalidad del republicano y sabiendo que no le importaría incumplir, ahí es donde se origina la incertidumbre”.
Además, llevar adelante esa propuesta sería un golpe también para los consumidores estadounidenses. Hacerlo generaría trastornos a las cadenas de valor que hay entre ambas naciones, las cuales pueden pasar sus productos más de una vez por la frontera antes de llegar al consumidor y, sin duda, se verían trastocadas las cadenas de suministro.
Lo deseable es que las amenazas se queden en eso, que los actores estén dispuestos a ceder en algunos aspectos y que no veamos una guerra arancelaria, ni de ningún tipo, recalcó Salazar López.
En tanto, Duarte Rivera aclaró que si se cumplen las amenazas de Trump y se imponen aranceles a México o China, habría efectos negativos, en especial para los consumidores estadounidenses porque los impuestos por importar mercancías se trasladan a los precios, en este caso de bienes básicos como alimentos.
En el ambiente de incertidumbre que priva, la inestabilidad del mercado cambiario podría mantenerse al menos hasta que Trump asuma la presidencia y se tenga un plan económico más definido.
El especialista detalló que los movimientos en el valor de la divisa estadounidense son importantes, pero no “extraordinarios”: la apreciación y la depreciación no han sido muy grandes. En el caso de nuestra moneda, la fluctuación ha sido alrededor de los 20 pesos por dólar; no se ha disparado, ni tampoco ha caído demasiado, está relativamente estable, aunque hay una tendencia a un movimiento un poco más pronunciado que lo que había tenido en semanas anteriores.
Duarte Rivera explicó que, además, podría ocurrir la relocalización de empresas, pero en territorio estadounidense, y que el llamado nearshoring no suceda en México como se tenía pensado.
Las políticas antimigratorias que planea implementar el próximo presidente de EUA tendrían un impacto económico fuerte, por la disminución de las remesas y por la cantidad de personas que podrían ser deportadas. De ser así, la tasa de desempleo en México aumentará y la presión para el mercado laboral tendría efectos negativos sobre los salarios.
Ante ese panorama, “México debe buscar promover su desarrollo industrial, con tecnología propia, y diversificar el comercio exterior, para no depender tanto del comercio con un solo país; buscar otros socios como China, Europa o, incluso, otras naciones latinoamericanas”.