Desbordan extranjeros albergue en Bosque de Tláhuac, en la CDMX
Ciudad de México. Migrantes, en su gran mayoría haitianos, desbordaron el albergue que instaló la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social capitalina (Sibiso) en la alcaldía Tláhuac, donde docenas de casas de campaña ocuparon el área conocida como La Minimarquesa, fuera de las instalaciones del Centro de Campismo y Educación Ambiental Infantil habilitado a finales de marzo pasado para darles resguardo.
Personal de distintas instancias federales y locales que se coordinan para atender a la población migrante estimó que entre 500 y 800 personas se instalaron en dicho espacio, adicional a las más de 780 que ayer ocupaban el interior del albergue, originalmente acondicionado para dar alojamiento a 180, pero que a la semana alcanzaba ocupaciones arriba de 250 migrantes.
Ayer se observaron también dentro del área confinada del albergue franjas de casas de campaña a los costados de las carpas para comedores.
Ante el desbordamiento del albergue, que se extendió incluso a una parte de la zona arbolada del Bosque de Tláhuac, contigua a La Minimarquesa, el Instituto Nacional de Migración inició un programa para trasladar a los estados de Zacatecas, Michoacán, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Guerrero, San Luis Potosí, Morelos y México a migrantes que cuentan ya con la forma de visitante por razones humanitarias con una vigencia de 45 días y buscan tramitar la tarjeta de residencia temporal.
Pasadas las 15 horas de ayer salió el décimo autobús del día con destino a Guerrero y el décimo primero hacia Michoacán, con unas 40 personas cada uno, y seis unidades más estaban en fila para salir.
Personal de migración explicó que se tenía programada la salida de al menos 40 autobuses a los diferentes destinos y se espera que el domingo el albergue regrese a las ocupaciones que tenía hasta antes del miércoles, cuando llegaron al sitio unos mil 500 migrantes.
Algunos de ellos manifestaron, sin embargo, su intención de permanecer en La Minimarquesa hasta obtener la tarjeta de residencia temporal, como Dani Levol, quien ocupa una de las casas de campaña junto con su hija de cuatro años, nacida en Chile, y su esposa que dijo tiene un embarazo de cuatro meses.
Señaló que a pesar de que “no hay buenas condiciones para vivir” –el jueves soportaron una fuerte lluvia–, se siente más seguro que abordar uno de los autobuses, “uno no sabe dónde lo van a soltar”.
A diferencia de las personas que atiende la Sibiso en el interior del albergue, a las que se proporciona raciones de alimentos y disponen de servicios médicos, afuera se observan familias preparando sus alimentos en anafres junto a sus tiendas de acampar; salen a los alrededores a buscar provisiones y agua que transportan en garrafas o consumen en los locales del Bosque de Tláhuac que venden golosinas, botanas y alimentos preparados, en los que incluso laboran algunos de ellos que hablan español, para facilitar la comunicación en el servicio con quienes no dominan el idioma.