Septiembre: remembranza de las antiguas hazañas
Puebla, 16 de septiembre.- El calendario gregoriano legó para el mexicano su noveno mes como el tiempo de la mezcolanza de sentimientos: los padres de nuestros abuelos forjaron la idea que se materializó en la Patria; el hogar dedicado para sus hijos y a los que generaciones venideras los ensalzarían con variedad de muestras de gratitud. La Independencia encontró eco de Unión en septiembre, y con en el vínculo entre el criollo y el indígena, dio como resultado al Imperio Mexicano, nuestras más profundas raíces que hay como Nación Independiente.
Septiembre es también la remembranza de las antiguas hazañas: la entrega del General Barradas y su ejército que ansioso de emular al de Cortés, no fue suficiente pues en las playas de Tampico la Nación demostraba a los ojos del mundo que podía mantener su Independencia intacta, no obstante, los estrategas mexicanos de ese tiempo, cegados por su lisonjeo sería opacado por las bocas de cañones de la República anglosajona que resonarían en Monterrey, diecisiete años después. El sitio de Monterrey y su capitulación, así como las derrotas en Veracruz y el Valle de México fueron calificadas como un desastre estratégico, no obstante, el valor seguía inyectado en las venas de los soldados y civiles que no soltaron el blandón tricolor.
A 174 años de la tragedia
El hecho de defender el Colegio Militar, sabiendo que la posibilidad de acariciar el éxito era muy nula, no amedrentó a los cadetes que ofrendaron su valor a la Nación, Felipe Xicoténcatl, valiente General que en su sangre llevaba la estirpe guerrera sucumbió junto a la mayoría de los hombres del Batallón de San Blas, mártires que compartieron su destino con los famosísimos colorados irlandeses que apreciaron la dulce mano de la patria que los acogía por el vínculo maternalmente religioso.
El eco del pasado de aquella desesperada situación hace brotar sentimientos dormidos o quizás ignorados; percatarse que la inversión de energía y sangre fueron insuficientes para proteger el legado territorial, significado del rico pasado virreinal parecían sernos despojados, la mutilación cobraba forma con las negociaciones de una nueva frontera “amistosa entre ambas Repúblicas” las ordenes de Washington demandaban ambas Californias, Chihuahua, Durango…Monterrey, Tamaulipas, la situación ahora se convertía en salvar desesperadamente porciones territoriales que nos legaron las misiones religiosas.
Septiembre de 1847 significó la ocupación militar de la Ciudad de México por parte de un ejército motivado por el algodón y su fuente de explotación, no había palabra alguna para expresar el desaliento general por ver las plazas, iglesias y centros sociales ocupados por una cultura totalmente diferente a la nuestra, pero ese mes de aquel año tan trágico, fue la pieza clave para demostrarnos nuevamente que si existía cohesión en la idea de proteger una nacionalidad, sobrevivir a pesar de todos los pronósticos y legar a los las generaciones más jóvenes el significado de un mes, que sobrado de apoteósicas prosas, está presente la derrota que curte el espíritu.
