Santiago Arau explora en 100 fotografías la geografía y cultura del valle de México
El artista Santiago Arau, quien en años recientes ha impresionado con sus espectaculares fotografías aéreas, explora la geografía y la cultura del valle de México a través de 100 imágenes en la muestra Patrimonio, que el público podrá visitar en el Museo Nacional de Arquitectura, en el Palacio de Bellas Artes, desde ayer y hasta el 6 de marzo de 2024.
En entrevista con La Jornada, el fotógrafo comparte que «muchos habitantes de la Ciudad de México somos incapaces de ver el horizonte. Viviendo a ras de suelo, en una vasta mancha urbana, es fácil desorientarse y desconectarse del paisaje sobre el cual está construida la urbe».
El fotógrafo hace un registro de la riqueza arquitectónica y cultural del país. Sus imágenes reflejan las transformaciones que ha tenido la capital y considera que «tenemos que defender nuestro patrimonio, porque lo estamos destruyendo».
Santiago Arau nació en la Ciudad de México en 1980; durante su infancia escuchó muchas historias de montañas, pero nadie le dijo que no son sólo montañas, sino volcanes, por lo que desde los 15 años empezó a hacer fotografías.
«Mi pasión surgió al ver los libros de mi papá y de mis abuelos con imágenes del archivo Casasola, aerofotos, toda esa tradición de los fotógrafos mexicanos. Esas gráficas históricas me volvieron loco; después, la segunda pasión fue entrar al cuarto oscuro y conocer los procesos análogos del revelado; todo eso me encantó».
La exhibición se inicia con las fotografías de los volcanes, en las que indaga los cambios geográficos que formaron el valle de México. El visitante podrá ver los volcanes Popocatépetl, Iztaccíhuatl, Xico, Teuhtli, La Caldera y Tláloc, entre otros.
«La muestra juega con las narrativas de los mexicas, con las tradiciones de cosmogonía, de vivir el hoy, el Quinto Sol, cómo surge el patrimonio a partir del origen volcánico y presentar esta colección de volcanes, una fuerza geológica que nos da la bienvenida al territorio conocido como el ombligo de la Luna. Octavio Paz la llamaba la ciudad del fuego y el agua».
El discurso museográfico continúa con el apartado Lagos, en el que Arau presenta una carta hidrográfica del valle de México de 1862, que fue intervenida, ya que se construyó el Metro y se pintó como eran los lagos antes de la llegada de los españoles, en 1521, a Tenochtitlan, y de qué manera fueron cambiando.
«Todos hemos escuchado historias de los cinco lagos que rodeaban la capital del imperio mexica, que eran Texcoco, Xochimilco, Chalco, Zumpango y Xaltocan, pero pocas personas saben dónde están. Vemos en una imagen el río La Piedad, que ahora es Viaducto. También incluimos la fotografía de un artista mexicano que hizo una reconstrucción de cómo se vería Tenochtitlan con sus cuerpos de agua».
Para el artista, la Ciudad de México está viva y es también un museo, ya que en este lugar prosperaron inmensas civilizaciones, cuyas reliquias están esparcidas entre autopistas, edificios, casas y escuelas. Con ayuda de un dron, Arau ha fotografiado los restos de una civilización que se rehúsa a desaparecer. En las imágenes podemos ver la pirámide de Tenayuca rodeada por casas de concreto. Desde arriba, el cerro del Judío Mezatepetl parece una isla a punto de ser devorada por la urbe.
Como parte de la exhibición se presentan fotografías del centro ceremonial monte Tláloc, iglesias, la cabeza de una serpiente. Hay gráficas que muestran el resplandor y el ocaso.
El trabajo de Arau da cuenta de cómo va transformándose el patrimonio desde el origen y cómo se ve ahora; por ejemplo, la Basílica, la plancha de Zócalo y el contexto social de las manifestaciones.
«Cada fotografía me sorprendió en su momento. Ver desde arriba con tu dron la cara del Ángel de la Independencia o Victoria Alada me causó sorpresa. Otras imágenes que incluimos es la del monumento a Colón, que ya no está; ahora es la Glorieta de las Mujeres que Luchan», comenta Santiago.
En las fotografías hay detalles relacionados con la Conquista, con los símbolos prehispánicos y de qué forma perviven en la actualidad. Por ejemplo, está la de una cabeza de serpiente en el Museo de la Ciudad de México, en la esquina de República del Salvador y Pino Suárez. Ese edificio era el Antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya.
«Las fotografías son en gran formato para exhibirse en museo. Con esta exposición reabre sus puertas el Museo Nacional de Arquitectura, que estuvo en proceso de renovación de sus pisos y cúpulas. Es el regreso simbólico a un espacio que se recupera, un templo del arte en México; aquí, el visitante no sólo ve mi obra, sino también los detalles del inmueble», explica el artista.
La exposición Patrimonio, de Santiago Arau, que se complementa con la edición de un catálogo, permanecerá en el recinto ubicado en avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas hasta el 6 de marzo de 2024.