«No quiero que la gente se duerma con la música clásica de siempre»: Gasançon
El titular de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, Sylvain Gasançon, y Rafael Monge, oboe principal de la agrupación, durante el ensayo de ayer en la sala Nezahualcóyotl. Foto José Antonio López
Alondra Flores Soto
Ciudad de México, 18 de junio.-Provocar un choque enorme, como el que causó Beethoven con el estreno de su tercera sinfonía, que fue revolucionaria en una nueva etapa en la historia de la música, es lo que desea provocar el director Sylvain Gasançon, titular de la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam), con los dos conciertos de este fin de semana. Sus intenciones fueron reveladas durante una charla después de un ensayo abierto al público en la Sala Nezahualcóyotl, en la que diseccionó su trabajo al frente de las decenas de músicos.
“Somos personajes de la naturaleza muy especiales porque tenemos esta curiosidad de ver lo que hay más allá de nosotros. Los artistas tienen la misma mente, de hacer que la música que componen no sea la misma que el día de ayer, es un proceso de evolución”, dijo sentado frente al escenario en una charla íntima, desenfadada, vestido con tenis blancos y calcetines rojos.
La sinfonía que Beethoven dedicó para homenajear la muerte de un héroe fue interpretada en un ensayo abierto al público, como un fragmento del concierto que se ofreció anoche y el que se interpreta este medio día en la sala Nezahualcóyotl. El resto del programa comprende un eco contemporáneo de la Heroica con el estreno mundial de Anti-Heroica, pieza del mexicano Rodrigo Valdez Hermoso y el concierto para oboe con el que Richard Strauss hizo “un adiós a la vida, a la voz femenina, a la música”, fue su penúltima obra a los 81 años de edad.
Shock
“Quiero que sea un shock, que la gente se moleste, que sea algo nuevo y para despertarse, no para dormir con la misma música clásica de siempre”, fue el presagio sobre el estreno contemporáneo de un compositor mexicano en contrapunto del conocido genio alemán. Porque el deber de los compositores es escribir música radical.
“Como el estreno que vamos a escuchar, la gente detestaba esa música porque era demasiado nueva, molesta en comparación con la música clásica en esa época, más divertida. Esta sinfonía nos obliga a entender que es un acto de arte, de fe y revolucionario, para desarrollar la humanidad; no es algo tranquilo. Esta era la idea de Beethoven, no componer para su generación, sino las generaciones futuras, para nosotros.”
Público
De frente al público, todavía con la respiración agitada, sonriente y limpiando los restos de sudor en el rostro, el director de orquesta francés conversó acerca de las tres obras del programa. Lejos de la elegancia y solemnidad de los conciertos, el músico habló sobre su trabajo, permitió notar algunas de las peculiaridades de su estilo para dirigir, como utilizar las manos en libertad sin empuñar una batuta, además de preferir la forma alemana para acomodar los instrumentos de cuerdas –y no a la manera francesa– que implementó en la Ofunam desde que asumió la titularidad en enero pasado.
Era más de medio día cuando sonó el último compás y se estableció la charla de Gasançon, acompañado por José María Álvarez como moderador.
Un par de horas antes, entre el paso de personas paseando a sus perros y corredores matutinos en el Centro Cultural Universitario, las escalinatas de la sala Neza vieron acrecentar la constante llegada de personas acomodadas en una fila para entrar de manera gratuita al concierto de la orquesta.
Al dar paso a la parte de comentarios y preguntas de los asistentes, un niño de alrededor de 12 años hizo notar que los dos contundentes acordes que arrancan la sinfonía Heroica provocan que empiece “con un salto de frenesí”.
Con la mano alzada al final de la breve conferencia, una joven describió que esta obra del músico alemán “es como una explosión que atrapa y al cerrar los ojos ves el universo. ¡Pum!”
Los ensayos abiertos brindan la oportunidad de presenciar el proceso de trabajo de los músicos con su director de orquesta y escuchar parte del programa, observar las indicaciones, oír risas de camadería, interlocuciones en voz alta, percatarse de algunos errores y ver a intérpretes perdidos entre las partituras tratando de alcanzar el paso. Esta disección abierta del sonido sinfónico fue la última de la temporada, la segunda de 2023, que concluye la próxima semana para dar comienzo al periodo vacacional del verano.