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Cultura

Música: puente entre cosmovisión, rito y espíritu, dice Enrique Muñoz

Por: Ana Mónica Rodríguez / La Jornada

Para Philip Glass “la música es un lugar como Chicago o Miami; y si eres músico, vas ahí”, expresó el compositor estadunidense, quien unió su talento al de Daniel Medina de la Rosa, músico y violinista wixárika, proveniente de la comunidad de Santa Catarina, Jalisco.

El encuentro musical entre dos culturas, dos idiomas y dos espíritus se desarrolla en el documental Un lugar llamado música, del director Enrique Muñoz Rizo, quien integró música en vivo de ensayos y presentaciones que tuvieron hace algunos años Daniel Medina de la Rosa, Erasmo Medina Medina y Philip Glass, con música que sólo se escucha en ceremonias tradicionales wixárika, pero esta vez acompañada por un piano de cola.

En la cinta, Glass continúa con su reflexión sobre de dónde viene la música: “tiene una relación distinta con nosotros, porque entonces significa estrictamente hablando que no se trata por necesidad de comunicación; se trata de un entorno orgánico del cual formas parte. Esa es una idea más completa de la música y aún no he podido remplazarla. ¡Así que esto es!”.

Luego de la proyección del documental en la Cineteca Nacional, el cual forma parte de la octava edición de Talento Emergente 2023, Enrique Muñoz Rizo explicó: “fue un regalo explorar estos contrastes y por medio del trabajo y la cercanía con los personajes se fue descubriendo que somos más parecidos de lo que el ojo te permite; Daniel es un músico de la sierra y Philip un hombre estadunidense; se podría pensar que no tienen nada en común, pero con el acceso que tuvimos, nos percatamos que ellos coinciden en su forma de ver la música y la vida, eso fue algo muy rico; además de nos adentramos para aprender y entender su forma de concebirla”.

La génesis del audiovisual “surge porque se iba a filmar un documental de un concierto de Philip Glass; enviamos la propuesta a su equipo y aceptó; después entramos a Bellas Artes y tenía en mente un documental celebrando la alta cultura, pero nos dimos cuenta del peso que tenía la participación de Daniel y Erasmo Medina, dos músicos indígenas que se iban a presentar en el recinto y eso causó ruido porque la gente no se sabía que esperar”.

Al final “eran tan importantes para Philip que empezamos a explorar esta relación así como la amistad que tenían, la cual no se basa en palabras, sino en gestos, miradas y música. De ahí nos agarramos y dijimos ahí está la historia”.

El realizador detalló: “en un principio la pregunta fue que veía Philip en ellos, pero después le dimos la vuelta a la idea y planteamos qué es lo que Daniel ve en Philip; y al explorar eso hubo más complejidades y matices porque el primero representa su comunidad y a la cultura wixárika, es decir, no se manda solo”.

Imagen tomada de la cuenta de facebook @PimientaFilms

Cabe mencionar que desde 2012, surgió el encuentro entre Medina y Glass, cuando el compositor quiso acompañarse por un músico de la región en un concierto en el Centro Cultural Real de Catorce; más adelante tuvieron presentaciones en distintos foros, así como una serie de conciertos de una gira por la celebración de los 80 años del compositor estadunidense en el Palacio de Bellas Artes, lo cual fue un suceso en mayo de 2018, donde estrenaron la sinfonía Tolteca, de Glass, nacida precisamente de la gran cultura cósmica wixárika.

Desde hace décadas, Glass, ícono de la música contemporánea, se ha dedicado a explorar diferentes culturas musicales de alrededor del mundo para crear lenguajes universales mediante el sonido. Con un enfoque que va más allá de lo anecdótico, este documental demuestra que a pesar de las diferencias lingüísticas y culturales, la música sirve como un puente, donde convergen la cosmovisión, lo ritual y lo espiritual en sintonía con la naturaleza.

Un lugar llamado música, ópera prima de Muñoz Rizo, que se estrenó el año pasado en el Festival Internacional de Cine de Morelia y se ha presentado en diversos festivales llegará en octubre a la sierra en Santa Catarina, donde tendrá “su prueba de fuego”, puntualizó el director del documental de 87 minutos de duración.

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