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Cultura

Kimiko Nishimoto reta los prejuicios de la edad y cautiva a las redes

Por: Jesús Abraham Hernández / La Jornada

Pensar en la vejez como un estado de la vida en el que ya todo se ha hecho y solo queda espacio para la seriedad suele ser lugar común, pero no para la fotógrafa japonesa Kimiko Nishimoto, quien a sus 95 años es un prodigio de la lente que hace apenas un lustro irrumpió en el mundo de las redes sociales con sus fotos irreverentes y cargadas de vitalidad.

Nishimoto, quien antes de los 72 años nunca había sostenido una cámara, se inició en el mundo de la fotografía gracias a que su hijo mayor, que es director de arte y fotógrafo, la invitó a tomar un curso en una escuela cercana a su casa, en la prefectura de Kumamoto, Japón, explica ella en su página web.

Por la creatividad de sus autorretratos, la también ex peluquera, ciclista profesional y trabajadora del hogar en menos de una década montó su primera exposición individual en el Museo de Arte de la Prefectura de Kumamoto. En contraste con la creencia de que las redes sociales solo son un lugar para jóvenes, la artista hoy tiene en su cuenta de Instagram –donde publica una foto por semana– más de 350 mil seguidores.

Siempre encuentro cosas divertidas

«Solo quiero hacer algo divertido. En lo que a mí respecta, la vida se trata de la alegría. Miro alrededor de mi casa y siempre encuentro cosas divertidas para fotografiar», declaró Nishimoto en una entrevista con el medio Japan Times.

Con alas de ángel en vuelo simultáneo con un pajarito azul, en un grito ante la invasión de aves negras que recuerdan la película Los pájaros, de Alfred Hitchcock, a punto de ser atropellada por un camión o disfrazada de diversos animales, los autorretratos de Nishimoto se valen de las herramientas de edición para que sus secuencias surrealistas cobren vida y el humor se asome.

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La fotógrafa publicó en 2017 el libro Hitori ja naiyo! Kimiko Nishimoto no sekai (¡No estás solo! El mundo de Kimiko Nishimoto), que recopila una selección de sus mejores autorretratos y ofrece una visión de su proceso creativo y filosofía detrás de su obra. Además, cuenta con una página web en la que ofrece tarjetas postales, llaveros y bolsas con ilustraciones inspiradas en su trabajo.

Cifras alarmantes

La sociedad japonesa enfrenta un rápido envejecimiento de la población, con una proporción cada vez mayor de personas de la tercera edad. Según estimaciones del gobierno, más de 10 por ciento de la población tiene 80 años o más, hito preocupante en la crisis demográfica del país.

Las cifras publicadas por el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones en 2023 muestran que la proporción de ancianos en el país -definidos como mayores de 65 años-, también alcanzó un récord, con 29.1 por ciento de la población, la tasa más alta del mundo.

Este cambio demográfico ha dado lugar a mayor atención a los temas relacionados con la vejez y el envejecimiento en diversos ámbitos, incluido el arte, que se ha convertido en una forma de promover la salud mental y el bienestar entre las personas mayores, ofreciendo una salida creativa y una manera de mantenerse activos y socialmente comprometidos.

Aunque tenga que retratar las arañas en el techo

Al respecto, Nishimoto se refiere a la fotografía como un pasatiempo que la acompañará por el resto de su vida, y como un medio para sobrellevar la muerte de su marido. «Si alguna vez quedo postrada en cama, continuaré tomando fotos acostada, incluso si eso significa retratar las arañas en el techo«, dijo Nishimoto al Japan Times. «Nunca voy a soltar mi cámara».

Su obra destaca no solo por su ingenio, sino también por su capacidad para desafiar las percepciones convencionales sobre la edad. A través de su singular enfoque, Nishimoto nos recuerda que la expresión artística puede florecer en cualquier etapa de la vida, y que la creatividad no tiene fecha de caducidad.

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