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Cultura

Juan Gelman no guardaba textos; no vivía para la posteridad: Mara La Madrid

Por: Alondra Flores Soto / La Jornada

La poesía en pie contra la muerte encuentra a Juan Gelman, quien es recordado en el décimo aniversario de su fallecimiento, ocurrido el 14 de enero de 2014. Juan tiraba todo lo que para él no era publicable; o sea, que prácticamente no hay inéditos, afirma Mara La Madrid, esposa del poeta de la rebeldía, de la búsqueda de la justicia; de la memoria, el amor y la muerte. Nunca guardó nada; no vivía para su posteridad.

En entrevista, en estos días difíciles, la sicoanalista argentina habla sobre Gelman, quien no sólo era mi amado, mi esposo. Después de 25 años de vivir juntos éramos amigos, compañeros. Fue un duelo difícil.

En París le van a hacer un homenaje en la Maison de l’Amérique Latine el 18 de enero; se realizará un recital de poesía por Jean Portante, acompañado del bandoneón de César Strosio. Mara no podrá ir al acto organizado por amigos muy queridos en la capital francesa, una de las ciudades del exilio de Gelman después del golpe militar en Argentina en 1976.

México fue su residencia por décadas, esta es la tierra que elegí para vivir y morir, dijo el autor sobre este país en el que habitó un cuarto de siglo, el mismo de Sor Juana, donde fueron esparcidas sus cenizas con música de jaranas y de su compatriota Piazzola, vino y abrazos.

Juan no guardaba. Entraba en trance, escribía, se iba a dormir, se olvidaba y de pronto se encontraba en la máquina de escribir o la computadora el papel escrito a la mañana siguiente. Y lo que le parecía que no era bueno lo tiraba, relata La Madrid, en momentos con la voz baja, entrecortada, en otros sonriendo entre bromas y recuerdos, de repente pidiendo un momento para encender un cigarro. Para la entrevista pidió estar acompañada de amigos, pues enero es terrible, ya que en este mes también murieron su hija y su madre.

Cuando dejó de estar Juan Gelman, Mara La Madrid, su esposa desde 1995, decidió contratar los servicios de la agencia de Carmen Balcells, la famosa agente literaria catalana. Desafortunadamente, murió 10 días después de que conversaron ambas mujeres. Aunque la relación se mantuvo con su hijo.

En la agencia se encargan de los derechos. Ellos llevan las cuentas y los clientes. Los ve cada vez que vienen a la feria del libro. “Yo trabajo. Entonces pensé: ‘no me voy a convertir en la viuda de Juan Gelman, ni me voy a ocupar de su obra, no quiero hacerlo, no puedo, no sé, no me dedicó a eso’”.

Hombre de convicciones

Juan Gelman no recitaba poesía a Mara, sino que le leía. Yo creo que era la primera que conocía sus poemas. Fui su primer escucha o lectora. Claro, no siempre. A partir de que nos conocimos. Uno de los libros inéditos que quedaron en enero de 2014 fue uno dedicado a ella, la mujer que lo acompañó por tantos años. Amaramara en el que mantiene un diálogo con aquellos que amó y con las pinturas de Arturo Rivera.

Cuando en 2007 le otorgaron el Premio Cervantes, el jurado expresó los méritos del poeta argentino que reconoció la musicalidad y el ritmo de las palabras sin abandonar el compromiso social y político que caracteriza toda su obra literaria.

Hombre de convicciones, vivió en carne propia el dolor de la dictadura, en el exilio y con la desaparición forzada de sus hijos Nora Eva y Marcelo Ariel, junto a su nuera María Claudia, quien estaba embarazada de siete meses. Mara La Madrid y Juan Gelman escribieron juntos el libro Ni el flaco perdón de Diosen el que se recopilan los testimonios de los hijos de los desaparecidos, las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, alrededor de un periodo oscuro de la historia.

La Madrid comenta que en Argentina, cuando murió, lo que hubo fue la idiotez de Cristina Kirchner de declarar tres días de luto nacional, banderas a media asta. Ya estaba muerto. Si hubiera estado vivo se hubiera retorcido de risa bronca y de rabia. El peor homenaje que se le podía hacer a Juan fue ese.

Al ver a Milei en estos días, seguramente tendría alguna reacción. Mara apunta: Muchas veces me he preguntado si Juan no se murió porque en algún lugar sabía lo que se venía. No sólo en Argentina, en el mundo… la matanza de Gaza. Juan era judío, pero no era sionista, ni nunca hubiera apoyado la política de Netanyahu, ni la de Estados Unidos, que no sabe qué hacer ante el genocidio que se está dando allá contra los palestinos.

El narrador respondería con poesía, baluarte en tiempos mezquinos y de penuria. Y la condición de los poetas es frágil, no encuentran abrigo en su obra, cada momento de ésta cuestiona los demás y entonces nada sostiene a quien no tiene otro sostén que el acto de escribir. Y, sin embargo, la poesía continúa. La poesía está cargada de más vida, nos enseñó Juan Gelman.

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