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Cultura

Hice una obra social, cívica; ese es mi legado, afirmaba Enrique Florescano

Por: Reyes Martínez Torrijos / La Jornada

Ciudad de México, 7 de marzo.- El reconocido historiador y humanista Enrique Florescano falleció ayer a los 85 años, divulgó Diego Prieto Hernández, titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Florescano fue un transmisor de saberes sobre el México prehispánico, incansable promotor cultural y profundo conocedor de historia indígena: olmeca, teotihuacana, maya y azteca, entre otras materias.

Prieto difundió en su cuenta de Twitter su pesar por el deceso del “gran historiador del México de todos los tiempos, un buen amigo y un gran director del INAH y de la Dirección de Estudios Históricos. Con un abrazo cariñoso a Alejandra y a toda su familia”.

Entrevistado con motivo del homenaje que se le realizó por sus 80 años en el Palacio de Bellas Artes (La Jornada, 12/7/17), Enrique Florescano dijo que el “principal problema que tenemos como país es la enseñanza, es la educación.

Opinó que “si educamos bien a nuestros niños, a nuestros jóvenes y a nuestros adultos les abrimos un camino hacia la liberación, hacia el sentido general del pensamiento; les ensanchamos el mundo y les abrimos los distintos caminos que hay para aprender a ser mujer, para aprender a ser hombre.

“Creo que me van a recordar por lo que hice. Soy un hacedor de cosas: están mis libros personales, los que edité o coedité –creo que son más de 100–, pensando en ayudar a la formación de los jóvenes, de los ciudadanos. Creo que hice una obra social, una obra cívica, para los demás, y que ese es mi legado.”

Mencionó que lo más afortunado fue escoger “el trabajo que me dio mi alimentación, mis recursos para vivir materialmente, pero más que nada me dio una vida, una ruta de aventura, de vida, muy promisoria y muy aventurera; también me dio tiempo para la familia. Tengo dos hijas y tres nietas que son un encanto”.

Investigador imparable

De sus 85 años, dedicó 60 a la historia, a la que nunca pensó en abandonar. “Sigo investigando y leyendo todo lo que ocurre de nuevo en los campos que elijo. Eso me renueva, me refresca, me entusiasma que la investigación histórica se actualiza. Tenemos una nueva generación de extraordinarios historiadores e historiadoras”.

En la última charla con este diario (11/11/23), a propósito de su abarcador libro Los orígenes del poder en Mesoamérica, Enrique Florescano abordó el proceso civilizatorio de los grandes estados mesoamericanos y de la creación de su identidad social y cultural.

El pensador e investigador explicó que el título fue resultado de un trabajo de muchos años que “tiene una actualización estupenda que incluye todos los aspectos que conforman una sociedad: desde el urbanismo y la religión, hasta las artes. Considero que es el único estudio actual que presenta, de manera muy completa, todas las características del desarrollo político, social, urbano, religioso y económico de los pueblos de Mesoamérica”.

El historiador nacido en San Juan de Coscomatepec, Veracruz, en 1937, se convirtió casi en una institución. Recibió el Premio Alfonso Reyes en 2021, otorgado por El Colegio de México. Obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía en 1996, entre muchos otros reconocimientos.

Extensa vida académica

Estudió historia en la Universidad Veracruzana; hizo la maestría en esa disciplina en El Colegio de México (Colmex), y luego el doctorado en historia en la École Pratique des Hautes Études de la Universidad de París, Sorbona.

Fue profesor en numerosas instituciones de educación superior, como el Colmex, las universidades Nacional Autónoma de México, Cambridge y Yale. Además, desde sus puestos directivos en organismos oficiales promovió un sinnúmero de proyectos de investigación histórica.

Florescano dirigió el Departamento de Investigaciones Históricas (1971-1976), el INAH (1982-1988), y encabezó la colección Biblioteca Mexicana del Fondo de Cultura Económica y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Algunas de las obras de Florescano son Origen y desarrollo de los problemas agrarios de México 1500-1821 (1976); El poder y la lucha por el poder en la historiografía mexicana (1980); Etnia, Estado y nación, ensayos sobre las identidades colectivas de México (1997); Memoria indígena (1999), y Quetzalcóatl y los mitos fundadores de Mesoamérica (2004).

Juan Ortiz Escamilla, colega y alumno del incansable estudioso de la historia de México, destacó que “desde 1996, Enrique Florescano y un grupo de destacados científicos acuñaron la categoría de patrimonio en el sentido que hoy tiene, entendido como el conjunto de ‘bienes sociales y de responsabilidad común’.

“Qué importante es que los académicos dialoguemos en torno a una preocupación común: el futuro de los patrimonios de México. De esta manera, el conocimiento deja de ser exclusivo de una élite y comienza a socializarse, primero entre académicos y en el futuro con todos los actores sociales.”

En un texto publicado en este diario, Iván Restrepo hizo hincapié en que Enrique Florescano fue precursor con su texto vigente Precios del maíz y crisis agrícolas en México (1708-1810), que “nos ofrece una visión de la importancia social y económica del grano en el siglo XVIII. Era, como hoy, el principal producto agrícola y el alimento básico de la población”.

Añadió que en la colección Biblioteca Mexicana hay títulos importantes sobre los recursos naturales y el medio ambiente. “De estos últimos, destaco los tres tomos dedicados a analizar la situación en que se encuentra el patrimonio natural, histórico y cultural de Veracruz, a los que se añade el Atlas de la flora de dicha entidad, el más completo publicado sobre el tema. Florescano y Juan Ortiz Escamilla coordinaron dicho trabajo”.

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