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Cultura

Descubren depósito de agua en la Zona Arqueológica de Tulum

Por: Redacción La Jornada Baja California

Tulum, 29 de abril. La captación de agua de lluvia inspiró diferentes diseños en los sistemas hídricos desarrollados por las civilizaciones prehispánicas. En la cultura maya, el chultún, un compartimiento subterráneo en forma de botella, aparece como elemento predominante para dicho propósito.

En la Zona Arqueológica de Tulum se halló un chultún de 2.48 metros de diámetro y 2.39 metros de profundidad, con entrada de forma rectangular, de 54 centímetros de largo por 46 centímetros de ancho, al interior del Edificio 25, denominado Casa del Halach Uinic, cuya particularidad es que se trata del único encontrado dentro de una edificación.

El hallazgo del depósito, cuya antigüedad podría corresponder a la primera ocupación del sitio, anterior al periodo Posclásico Tardío (1200-1550 d.C.), se registró durante el desarrollo de labores del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).

El coordinador del proyecto de Investigación Promeza en Tulum, José Antonio Reyes Solís, informó que en el área amurallada de la antigua urbe hay dos chultunes, ubicados en exteriores, que se cree funcionaron como receptores de agua.

“Lo que muestra una marcada diferencia con el que se descubrió recientemente, el cual, además de estar techado y al interior de un edificio, no tiene indicios de haber almacenado líquido alguno, sino que, se cree, funcionó como depósito de alimentos y plantas, y posteriormente, tuvo un uso ritual”, explicó.

El chultún, detalló el encargado de campo y miembro del proyecto, Enrique Marín Vázquez, “se constituye por una capa de coral molido, de 1 a 2 centímetros de grosor, la cual formó parte de la superficie del suelo, y debajo encontramos arcilla rojiza. Dentro se hallaron rellenos de piedras de tamaño medio, capas gruesas de ceniza pura y, en lo más profundo, desenterramos restos óseos humanos y piedras quemadas”.

Los restos humanos encontrados, dijo, están en proceso de investigación en el Laboratorio de Antropología Física del Centro INAH Quintana Roo, y se tiene la hipótesis de que podrían corresponder a tres infantes, cuyos cuerpos fueron enterrados con otros materiales, como astas de venado, dientes de tiburón y pendientes de concha.

Otro aspecto a resaltar, agregó Marín Vázquez, son los rellenos posteriores al chultún, los cuales apuntan a que hubo un posible saqueo durante la época prehispánica o colonial.

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