Crean máquinas intercambian residuos por descuentos y criptomonedas
Ciudad de México, 17 de mayo.- Un equipo de expertos mexicanos creó una serie de máquinas de bioreciclaje, mediante las cuales los usuarios pueden revalorar los residuos sólidos y darles valor monetario con premios, descuentos y hasta criptomonedas.
Cada vez que una persona deposita sus desechos en las «máquinas inteligentes», desarrolladas por la empresa mexicana Lealtad Verde, obtiene puntos y una cantidad determinada de la criptomoneda denominada Tlallicoin, que utiliza el valor de los bonos de carbono.
«A mayor cantidad de reciclaje, de captación y de cada una de las acciones de reciclaje que hacen nuestros usuarios, el valor de la moneda va incrementando dentro del aumento global que van teniendo los bonos de carbono», explicó a Xinhua el director de Lealtad Verde, Adrián Sánchez, con motivo del Día Mundial del Reciclaje, que se conmemora cada 17 de mayo.
De acuerdo con el director de Lealtad Verde, cada carbono ronda en los 12 dólares, pero es un valor que va al alza.
Los puntos que la empresa mexicana otorga a sus usuarios a través de una aplicación móvil se basan en el precio del plástico, que equivale a unos dos centavos de peso por cada gramo del material PET.
«Lo que nosotros hacemos es que la gente identifique qué producto es. Por eso es la aplicación y con ella puedes escanear todos los residuos que tengan un código de barras, ya sea de plástico, cartón, aluminio, pues pertenecen a una cadena de valor, tienen un costo que ya fue introducido al mercado», detalló Sánchez.
Las máquinas o centros de retorno automatizados cuentan con tecnología de punta y se encuentran en casi 500 puntos, entre ellos en ciudades como Monterrey, Puebla y Querétaro, así como en la Ciudad de México, además de exportarse a países como Arabia Saudita, Argentina, España, Malasia y Uruguay.
Esta «fintech», es decir, una industria financiera que aplica nuevas tecnologías, se encarga también de promover el comercio local mediante cupones de descuento y promociones para sus usuarios, con lo que impulsa el modelo de «economía circular».
El entrevistado consideró que como la «economía circular» es un modelo productivo, se debe «tomar acción» para que las empresas puedan unirse «sin importar a lo que se dediquen».
La empresa mexicana logra de esta manera que residuos sólidos se vuelvan a incorporar a los ciclos productivos luego del reciclaje, lo que permite que dejen de ser productos de un solo uso.
«La botella que se tira en la calle cae a una alcantarilla, ahí hace que se contamine y así empieza un efecto dominó de quién es el culpable de los residuos», comentó el entrevistado.
«Entonces, tenemos que cambiar la percepción de que no son residuos sino activos que son tangibles, que en el momento en que compras una botella con agua, compras dos productos que pueden ser utilizados», complementó.
El experto en reprocesamiento de plásticos dijo en adición que la firma usa los desechos recogidos para fabricar nuevos productos de PET y aluminio, que después vende como empresa distribuidora.
«A través de una acción cívica desarrollamos un modelo económico en que le damos una circularidad, desde la obtención de un producto que es un tema económico lineal, hasta poder retornar un producto a esa misma cadena de valor», agregó Sánchez.
A través de máquinas de bioreciclaje y una plataforma tecnológica, el proyecto para la gestión de residuos sólidos urbanos genera un impacto en la neutralización de la huella de carbono, a través de su modelo de «economía circular».
En México se generan más de 42 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos al año y únicamente se recicla el 14 por ciento, según cifras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El 70 por ciento de la basura generada termina en rellenos sanitarios, que en numerosas ocasiones son tiraderos a cielo abierto, lo que ocasiona contaminación ambiental, así como del suelo y el agua, con las consecuentes afectaciones a la salud humana.
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