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Cultura

Cine y teatro, de luto por la partida de López Tarso

Por: Ángel Vargas y Carlos Paul / La Jornada

Ciudad de México. El fallecimiento del actor Ignacio López Tarso, acaecido la tarde de este sábado a los 98 años, causó una profunda tristeza no sólo en el ámbitos de la cultura del país, sino en diversos sectores de la vida nacional, entre ellos el de la política. Amigos, colegas, y el público que admiró el trabajo del histrión se unieron al duelo por la pérdida de esta leyenda del cine mexicano.

En las redes sociales, gran cantidad de actores y admiradores lamentaron el deceso y compartieron mensajes con el último adiós, al igual que muchos foros escénicos que coincidieron en señalar que “el teatro está de luto por la partida de un gigante de gigantes”.

La directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Lucina Jiménez informó que “se preparaba su gran homenaje en el Palacio de Bellas Artes”, recinto cuyas puertas “están abiertas hoy y siempre para él. Habremos de respetar los deseos de su familia y acompañar este tránsito de manera respetuosa y solidaria”, dijo la funcionaria.

El Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) lamentó la pérdida del primer actor en su cuenta de Twitter con la frase: “La vida no fue fácil, Macario, pero fue buena vivirla juntos”.

CulturaUNAM, por su parte, apuntó: “Esta noche la Muerte cenará guajolote, a la luz de una vela, con un viejo amigo: el extraordinario actor Ignacio López Tarso, pilar del teatro y del cine mexicano, quien ha partido. Un minuto de aplausos al gran Macario”.

El Sistema de Teatro de la Ciudad de México destacó el trabajo del actor como “una figura trascendental de la cultura contemporánea mexicana”, y recordó que López Tarso ingresó a la Academia de Arte Dramático del Inbal, bajo la enseñanza de creadores como Xavier Villaurrutia, Salvador Novo y José Gorostiza.

Alrededor de hace un año, el 13 de febrero de 2022, la escritora y periodista Elena Poniatowska público en estas páginas una entrevista con don Ignacio López Tarso, en la que el primer actor, siempre entero, erguido y sin anteojos, confesó que era un hombre “muy feliz” y que la de ese entonces era la época más feliz de su vida.

“Pero también fui feliz en el teatro Hidalgo, en el Xola, en el Tepeyac. Inauguré 15 teatros en toda la República Mexicana: el de Guadalajara, el de Monterrey, el de León, el de San Luis Potosí, en una gira de las que ya no se hacen. Salía yo de mi casa, adiós a mi mujer, adiós a mis hijos, pórtense bien, adiós, yo me voy de gira, ahí nos vemos. Regresaba seis meses después muy feliz de haber conocido toda la República Mexicana y de haber actuado en todos los grandes teatros del país. Esas giras ya no pueden hacerse, imposible”.

–¿Su mujer y sus hijitos también, muy felices?– preguntó Poniatowska.

–Bueno, ellos menos, pero esas giras fueron de 1960 a 1966, máso menos, con López Mateos y Benito Coquet. Nací en el 25, tenía casi 40 años. También hice teatro con Díaz Ordaz. Recuerdo a un Bellas Artes vivo y luminoso. Ahora yano se hace teatro ahí, aunque le han dado gran publicidad al Macbethde Shakespeare que hoy por hoyva a interpretar este gran actor negro estadunidense, Denzel Washington, quien la estrenó en Broadway, pero yo la hice antes en el escenario de Bellas Artes; Lady Macbeth era Isabela Corona, en esa época la más grande actriz de teatro y la más guapa. Isabela fue mi mujer en Macbeth, y utilizamos algo que no va a tener nunca Denzel Washington: un texto maravilloso de León Felipe. ¿Se acuerda de él?

En la conversación con la colaboradora de La Jornada, Ignacio López Tarso confesó que le gustaban “mucho” las giras, aunque su mujer le reclamara su ausencia: “nunca estuve en el nacimiento de ninguno de mis tres hijos. Nos cambiamos a esta casa de Tlalpan en 1985. Aquí junto funciona muy bien la Escuela Picasso, que es de mi hija Gabriela. Yo me fui de gira con El vestidor, una obra de gran éxito que permaneció dos años en el teatro Insurgentes. Héctor Bonilla hacía al vestidor, yo a un personaje, Su Excelencia, el primer actor de la compañía. Esta obra sucede en la Segunda Guerra Mundial, durante los bombardeos sobre Londres. Mi personaje recorre Inglaterra interpretando al rey Lear y mentándole la madre a los alemanes. Es tan bella que Albert Finney la hizo en cine.

“Después de El vestidor, llegó Jacqueline Bisset a México conJohn Houston a filmar Bajo el volcán, de Malcom Lowry. No sabe qué mujer, se me caía la baba de verla, hermosísima. Me dio un abrazo y la tuve así, cerquita, y la apreté, ¡qué sensación!”.

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