Ajolotes están por desaparecer de canales de Xochimilco
Ciudad de México, 28 de octubre. En 1998 se contabilizaban hasta seis mil ajolotes viviendo en los canales de Xochimilco, para 2013 había únicamente 36; modelos matemáticos pronostican que en 2025 no habrá más de estos anfibios. Por ello, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estudian la capacidad de regeneración de los órganos reproductores de estos animales.
La investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO), Tania J. Porras Gómez, dijo lo anterior y explicó que su población en vida silvestre en ese lugar de la Ciudad de México decae rápidamente debido a factores como contaminación del agua y aumento en la temperatura de esta, presión por la actividad humana y especies introducidas en los canales (tilapia y carpa). En ese sentido, garantizar el acceso a mayor variabilidad genética sería benéfico para su preservación.
Al participar en el Seminario del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Química de la UNAM, recordó que una de las principales características del Ambystoma mexicanum es la capacidad regenerativa de sus órganos, ya sea el corazón, hígado, piel y alguna extremidad; sin embargo, hasta el momento se desconoce si esto aplica en los órganos reproductivos.
Por ello, a partir de 2021 inició un estudio en el que se revisa las células germinales de ajolotes, trabajo en el que colaboran expertos del Instituto de Investigaciones Biomédicas y de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, entidad que cuenta con una unidad de manejo autorizada para esta especie.
Porras Gómez precisó que han analizado las células testiculares para generar espermatozoides que contengan la información genética en dichas células reproductoras, y encontraron reservorios de células germinales las cuales podrían ser una fuente de almacenamiento para utilizarlas en caso de necesitar la regeneración.
La siguiente etapa es revisar el proceso de regeneración en estos órganos, pues ello podría ser clave para ayudar a recuperar las poblaciones.
Otra estrategia del equipo impulsada por Norma Moreno Mendoza, del IIBO, es la creación de un repositorio de germoplasma (muestras con información genética) proveniente de la FES-Iztacala, de otras instituciones de educación y centros de investigación de México y el mundo que cuentan con ejemplares.
Adicionalmente, Luis Zambrano González y su equipo de trabajo del Instituto de Biología, de la UNAM, colaboran directamente con los chinamperos en Xochimilco para que en las zonas de los canales que han sido poco perturbadas por el humano se introduzcan algunos organismos para que estén libres en el ambiente, lo cual es parte de los esfuerzos por regresar a los ajolotes de las condiciones de laboratorio a su ambiente natural.
Finalmente, la investigadora señaló que pese a todos estos esfuerzos, trabajar con ajolotes es complicado, por ser organismos muy sensibles a cambios en la temperatura y la calidad del agua, además de que son procesos lentos.