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México

A pesar de avances, aún existen brechas de género en México 

Por: Redacción La Jornada Baja California

Ciudad de México, 26 de noviembre. Hombres y mujeres deben ponerse “las gafas violetas”, es decir, observar el mundo considerando las desigualdades de género, los roles y estereotipos socialmente asignados para evaluar de la misma manera a los otros, coincidieron investigadoras y expertas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) al participar en la charla “Mujeres Universitarias. Rompiendo techos de cristal”.

María de la Luz Jimena de Teresa de Oteyza, integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM, destacó que es necesario valorar mejor el trabajo de la mujer profesionalmente.

La también investigadora del Instituto de Matemáticas señaló que a ellas se les pide siempre más, permanentemente deben demostrar que son mejores o tan buenas en su labor como los varones, pero a ellos no se les evalúa de la misma manera.

De Teresa de Oteyza comentó: “debemos ser conscientes de los sesgos al momento de calificar y promover. Mirar con ‘gafas violetas’ ayuda; hay que promover la diversidad porque esta nos enriquece”.

Durante la reunión, la moderadora del encuentro, Martha Alejandra Tepale Gómez, representante de esta instancia, consideró fundamental que las jóvenes vean que se pueden romper los llamados techos de cristal.

Al hacer uso de la palabra, la directora de la Facultad de Economía, Lorena Rodríguez León, explicó que todavía existen brechas que no se han logrado cerrar, por ejemplo que las mujeres ganan 40 por ciento menos que los hombres, y que es menor el número de quienes ocupan puestos públicos en comparación con los varones.

Además, en el país se requiere un cambio en las políticas públicas, como fomentar la participación de ellos en la crianza de hijos, pero es difícil si solo se les otorga cinco días de licencia para cuidados del bebé. 

Al respecto, enfatizó, la propuesta de crear el Sistema Nacional de Cuidados puede ser clave para eliminar aquellos factores que limitan el crecimiento de las mujeres.

En tanto, Herminia Pasantes Ordóñez, investigadora Emérita del Instituto de Fisiología Celular, resaltó que en el tiempo que estudió eran pocas las que accedían a una formación universitaria y aún menor el número de aquellas que pudieran trabajar, pues se consideraba que él era el único proveedor.

Ante académicos, investigadores y funcionarios reunidos en el auditorio de la Torre de Rectoría, la investigadora apuntó que uno de los cambios importantes es que cada vez más varones apoyan en el cuidado de los hijos, algo impensable en la década de los 50 del siglo pasado.

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