Mala calidad de sueño está asociada con problemas de salud mental
Ciudad de México, 9 de diciembre. Existe una estrecha relación entre la calidad del sueño y la salud mental: “si duermo bien, mi salud mental es buena, pero si esta se modifica o altera, mi sueño también”, destacó la investigadora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Pilar Durán Hernández.
Al participar en Neurofest 2024 ¡Prende tu cerebro!, 8º Festival de Neurociencias, realizado en Universum, Museo de las Ciencias, la especialista en neurobiología afirmó que los problemas del dormir afectan a 45 por ciento de la población mundial.
La falta de sueño cambia el estado mental de los individuos, ocasionando síntomas de depresión, además de mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurológicas, argumentó.
En el Foro de Química de Universum expuso que la mayoría de los adultos requieren dormir de siete a ocho horas, incluso nueve por noche, para mantener una buena salud y funcionamiento mental. Aunque hay quienes sólo descansan cinco y están perfectamente bien.
En su exposición titulada “Sueños y ensueños”, resaltó que numerosos trastornos mentales se asocian al insomnio, lo que constituye un factor de riesgo para padecer depresión clínica, persistiendo después de superarla.
Recomendó mantener prácticas que ayuden a cuidar la calidad de nuestro descanso por las noches y a prevenir desajustes en los horarios (higiene del sueño) como ocupar nuestras camas sólo para ir a dormir; tomar una siesta diaria de al menos 20 minutos; evitar tener pantallas en la habitación; no consumir alcohol antes de dormir; realizar actividades relajantes; cenas ligeras; tampoco efectuar ejercicios intensos en las noches; y levantarse siempre a la misma hora.
Durán Hernández recordó que existen mitos, como tener que dormir ocho horas diarias, pero no necesariamente es así, pues depende de la edad. Por ejemplo, los bebés y adultos mayores lo hacen más.
Durán Hernández recalcó que conforme las personas envejecen descansan menos, pero la estructura del sueño se rompe y se empieza a tener problemas de memoria porque el sueño MOR ya no está tan estructurado.
En ese proceso hay enfermedades o alteraciones que pueden agravarse, como las neurodegenerativas.