Cunden en Texas armas, retórica antimigrante de republicanos y racismo
Washington, 9 de mayo.- El hombre de 33 años de edad que asesinó a ocho personas en un centro comercial en las afueras de Dallas tenía una etiqueta sobre su pecho con las siglas RWDS –que, según las autoridades, significan Right Wing Death Squad, es decir, “escuadrón de muerte del ala derecha”–, el cual es un símbolo popular entre sectores de la ultraderecha.
Después de esta matanza en Dallas, el aún poco claro caso de atropellamiento de migrantes en Brownsville y las palabras inflamatorias del gobernador y otros políticos, Texas es un caldo peligroso de armas, racismo, xenofobia y juegos político-electorales con los inmigrantes como el enemigo.
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El autor del tiroteo en los suburbios de Dallas, Mauricio García, fue ligado con un sitio de Internet donde se han identificado escritos elogiando a Hitler y vínculos a otras páginas neonazis. El perfil incluye una imagen del centro comercial y las horas de mayor actividad. Según el New York Times, “el autor de los escritos sugiere varias veces que es de origen hispano –en algún punto indicando que es de origen mexicano–”. Entre lo que escribió estaba una frase aparentemente explicando cómo un latino podía ser un supremacista blanco: “los blancos y los hispanos tienen mucho en común”.
Una de las voces más peligrosas en esta coyuntura es la del gobernador de Texas, el republicano Greg Abbot, quien ha sido un feroz crítico de los esfuerzos del gobierno de Joe Biden para controlar la frontera. En respuesta al anuncio de la Casa Blanca de enviar mil 500 militares para reforzar la frontera, Abbott declaró el domingo que “no necesitamos mil 500 soldados, necesitamos 15 mil o 150 mil para asegurar la frontera como resultado de las políticas de frontera abierta del gobierno de Biden”.
Este lunes, Abbott declaró que está desplegando “fuerzas tácticas fronterizas de Texas”, una nueva unidad de la Guardia Nacional especialmente entrenada para puntos “calientes” a lo largo de la frontera, así como helicópteros Black Hawk y aviones C-130.
Esto después de que un amplio coro de republicanos en Texas y a nivel nacional continúan declarando que hay “una invasión” de migrantes en la frontera sur y buscan utilizar el fin del llamado Título 42 el próximo jueves para intensificar los temores de un caos en la frontera. En torno a esto, la bancada republicana de la cámara baja del Congreso federal tiene la intención de votar para aprobar un proyecto de ley que busca ampliar el muro fronterizo, poner fin al derecho de asilo en la frontera y ampliar las detenciones masivas.
En este clima y con el vocabulario alarmista se nutre cada vez más el fervor antimigrante en Texas. “Las palabras importan, las palabras tienen consecuencias”, declaró Adam Isacson, del Washington Office on Latin America. “No hay ‘una invasión’, no estamos ‘perdiendo nuestro país’…”, agregó.
La retórica que califica de “invasores” y “criminales” a los inmigrantes no es nada nuevo para los republicanos, lo cual llegó a sus niveles máximos bajo el gobierno de Donald Trump. Ahora se repite el mismo guion con la estrategia electoral de los republicanos de usar la migración y la frontera como tema central en el ciclo electoral que culminará en noviembre de 2024.
No se descarta la posibilidad de que el propio Abbott decida concursar como candidato presidencial. Abbott, como parte de su campaña electoral como gobernador en 2022, tenía publicidad en televisión advirtiendo sobre la “invasión” de los extranjeros ilegales y su subgobernador, Dan Patrick, comparó los cruces ilegales de la frontera con el ataque japonés sobre Pearl Harbor que llevó al ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial.
En Texas, esa retórica está armada. Más armas de fuego son compradas en Texas que en cualquier otro estado de la Unión Americana y un número excepcional de los tiroteos masivos han ocurrido en ese estado. El liderazgo político de Texas ha dejado claro que, aun después de cada tiroteo masivo, no tienen ningún interés en el control de armas de fuego. De hecho, en estos últimos dos años han anulado el requisito de contar con un permiso estatal para tener un arma de fuego y redujeron la edad para comprar armas de 21 a 18 años.
No obstante, el legislador estatal demócrata que representa al pueblo de Uvalde, donde 19 niños fueron asesinados a balazos en una primaria el año pasado por un joven, ha continuado insistiendo en promover una legislación para el control de armas. El líder republicano del Senado estatal de Texas informó al legislador demócrata que tiene que cesar de presentar el tema del control de armas o enfrentará una prohibición de hablar dentro del Congreso estatal, reportó el New York Times esta semana.
Ahora todos los incidentes violentos en Texas, incluso posibles accidentes, tienen que ser evaluados para detectar si hubo o no una motivación racial o xenofóbica. En este ambiente, el domingo un conductor no respetó un semáforo en rojo y arrolló a varias personas sentadas en una banqueta en las afueras de un albergue de migrantes, matando a ocho e hiriendo a nueve en la ciudad fronteriza de Brownsville y la policía aún determina si “fue intencional” o no.
Tal vez el incidente más violento contra latinos en Texas fue el tiroteo masivo en 2019 en un Walmart de El Paso, donde un joven armado mató a 23 personas –incluyendo mexicanos– en lo que es uno de los tiroteos masivos más grandes de la historia del país. El joven de 24 años había alertado en redes sociales que tenía la intención de matar en respuesta a la “invasión hispana” de Texas. En febrero de este año se declaró culpable de cometer “crímenes de odio”.
Más de tres años después, esa retórica antimigrante sólo se está intensificando en Texas.