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«Colonialismo sigue vivo» y justifica petición de AMLO: historiador

Por: Carlos Paul/La Jornada

Ciudad de México, 8 de agosto.- Para el historiador Enrique Semo, la solicitud del presidente Andrés Manuel López Obrador respecto de que el rey de España pida perdón por los abusos cometidos contra la población indígena durante la Conquista tiene justificación, explicó durante la presentación de su libro 500 años de la batalla por México-Tenochtitlan, que se efectuó este viernes en el Museo de la Ciudad de México.

Semo recordó que el 13 de agosto se conmemoran los 500 años de la caída de la capital mexica, enfrentamiento bélico que duró tres meses ininterrumpidos, entre los conquistadores españoles y sus aliados indígenas, y los pobladores mexicas.

Comentó que se trató de «una defensa heroica en la que participaron todos los habitantes de la ciudad: hombres, mujeres y adolescentes de todas las clases; macehuales, comerciantes, artesanos, sacerdotes y guerreros».

Los españoles, explicó el investigador, «venían al nuevo mundo convencidos de que eran portadores de una civilización y una religión superiores, y que los americanos eran unos bárbaros en todos los sentidos».

Racismo arraigado

Los colonialistas europeos, encomenderos, hacendados, dueños de minas «esgrimían un racismo muy arraigado en la España de esos días». Tiempo después, no sin un debate, «se reconoció que los indígenas eran seres humanos, semejantes a los españoles, y vino un proceso de asimilación forzada a través de una economía colonial.

«La violencia genocida fue frecuente durante la Conquista, y el racismo marcó todas las instituciones de dominio colonial. Un ejemplo fue la catástrofe demográfica de los pueblos originarios, que se expresa en la reducción total de la población: de 8 millones de indígenas en el centro de México, antes de la llegada de los españoles, solo quedaban, un siglo después, 1.2 millones. Noventa por ciento de la población había sucumbido a las pandemias, la guerra, el maltrato y el trabajo de esclavos».

Hace dos años, recordó el investigador, el presidente López Obrador solicitó que el rey de España y el Papa pidieran perdón por los abusos cometidos durante la Conquista. «El Papa ya lo había hecho en dos ocasiones anteriores, pero el rey se negó rotundamente a cumplir con esa petición. Su visión aún sigue nublada por el gran mito de que España fue portadora de una civilización para una población sumida en la barbarie«.

La obra, una revaloración de nuestro pasado

La petición del presidente López Obrador, «fue completamente justificada, ¿por qué?, porque el colonialismo sigue vivo en nuevas formas, y los pueblos rechazan tanto el pasado como el presente del colonialismo«.

La descolonización no es un acto estático, continuó el historiador, «es un proceso abierto e inconcluso, que requiere de un esfuerzo de largo aliento. Obviamente, Felipe VI no quiere participar».

El libro 500 años de la batalla por México-Tenochtitlan, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México, cuenta con la distribución gratuita de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. Participaron en la presentación el politólogo, sociólogo y antropólogo Héctor Díaz-Polanco, el economista Luis Anaya Merchant, el historiador Leonardo Lomelí Venegas y la titular de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz Gutiérrez, quien moderó el acto.

Durante la presentación, se explicó que dicho estudio es un seguimiento de la obra en dos tomos de La Conquista: catástrofe de los pueblos originarios, de Enrique Semo.

500 años de la batalla por México-Tenochtitlan es una revaloración de nuestro pasado indígena y una lectura histórica no idealizada de los hechos, se comentó.

«Somos hijos de la resistencia»

Díaz-Polanco se refirió a las ideas que se desarrollan en el libro de Semo: a que los conquistadores no pudieron lograr su cometido sin los aliados indígenas, a que la Conquista se desarrolló durante varios siglos, y que más que una derrota, la caída de México-Tenochtitlan fue un acto de resistencia, también por muchos años, contra la dominación española.

«La idea de que los pueblos indígenas de hoy son los mismos del pasado es equivocada», dijo Díaz-Polanco. «No somos hijos de la chingada, como se dijo en algún momento, sino hijos de la resistencia».

Anaya Merchant destacó que el libro permite reflexionar sobre «las cifras de los pobladores, aliados, enemigos, de los recursos que disponían cada bando; de las tácticas y estrategias, datos que en el pasado han generado ciertas mistificaciones».

Entre las cuestiones que trata el estudio, destacó Anaya, «es el espinoso asunto del misterio que ha envuelto a la historia, de la aparentemente súbita derrota del joven imperio mexica y cómo la Conquista, desde una visión más real y material, fue una verdadera catástrofe para los pueblos originarios».

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