Tenían proyectos; tras camionazo en Popotla luchan por adaptarse a su vida
Tijuana, 13 de julio.- Un paseo organizado por el bar Coco Beach donde laboraban, al que ni siquiera querían asistir, cambió para siempre la vida de Laura Sánchez y César Giovanny González, pues el camión en que regresaban se volcó y ambos perdieron una de sus extremidades.
Ella, de 26 años, perdió su mano izquierda, y él, de 27, el brazo del mismo lado; los dos coinciden en que el dolor que sienten es tan fuerte en los miembros inexistentes que deben tomar medicamento de forma permanente.
“Perdí la mano izquierda, es muy fuerte porque estábamos acostumbrados a un modo de vida diferente al que ahorita estamos pasando, y más los dos en pareja porque no puede uno trabajar y el otro recuperase. Me duele mucho la mano aunque ya no esté; siento aún el movimiento de los dedos, es mucho dolor”, dijo la joven.
«Yo desde que el día del accidente no he dejado de sentir dolor hasta ahorita, a veces me duele mucho, a veces me duele poco, pero siempre el dolor ahí ha estado; siento como si me pegaran en todo el brazo, siento que me pegan fuerte, siento el dolor”, afirmó a su vez César Giovanny.
Ya casi estaban en casa
Laura y César son dos de las víctimas de la volcadura del autobús de la empresa de transporte Coordinadora de Viajes ocurrida la noche del 8 de junio, en el entronque del bulevar Popotla y Corredor 2000. Iban con sus compañeros trabajadores del un Coco Beach.
Regresaban de un balneario de Tecate y habían llegado a Rosarito; en la volcadura siete personas murieron, y más de una decena resultó herida y seis sufrieron amputaciones de alguna de sus extremidades.
La pareja dice estar viviendo una situación difícil pues además de sus heridas no han podido trabajar y aseguran que el establecimiento en el que trabajaban no les ha apoyado, por lo que un total de 13 trabajadores interpusieron una queja ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en contra del patrón.
Joselyn pide que su patrón la apoye con una prótesis
Joselyn Reséndiz de 20 años, es otra de las trabajadoras afectadas. Perdió el brazo izquierdo y solo después de que fue atendida en una clínica se enteró de que era derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
«Apenas la semana pasada nos enteramos de que teníamos Seguro Social, que fue realizado coincidentemente un día antes del accidente, pero solo tenemos seguro social las personas que sufrimos una pérdida de la extremidad», igual que sus compañeros ha gastado dinero en medicamentos para controlar el dolor en el brazo amputado.
Era ayudante de barra y le pagaban 100 pesos por jornada, trabajaba tres días a la semana y el resto lo compensaba con propinas; estaba reuniendo dinero para estudiar como fisioterapeuta en la Ciudad de México, para lo que había presentado un examen.
Solo quiere que el patrón la apoye con los gastos para comprar una prótesis y continuar con su vida: «quiero recibir mi prótesis, quiero tener mis terapias, quiero retomar mi vida, regresar a la escuela y terminar mi carrera», dijo Joselyn.
Fue accidente de trabajo; si no íbamos nos castigaban
Otro de los afectados, Giovanny Quintana, perdió una mano y a su hermano, Moisés, quien murió junto a él. Reclama que el accidente se considere riesgo de trabajo, argumentó que fueron obligados a asistir al paseo de fin de año.
«Nos dijeron ‘el que falte se le va a cobrar 600 pesos por el transporte, las bebidas y aparte dos fines de semana de descanso’; como está la situación no podíamos tener dos semanas sin dinero. Fuimos obligados», dijo el joven de 24 años.
Aseguró que contrario a versiones en el sentido de que era un paseo organizado por el personal, no le preguntaron nada y solo le avisaron que si no asistía se le descontaría el costo, además de que los recogieron en su lugar de trabajo y ahí mismo los dejarían.
En el mismo sentido se pronunció César Giovanny, quien asegura que fue un accidente de trabajo, pues estaban en horario laboral porque se les obligó a asistir.
Los 13 trabajadores víctimas de la volcadura aclararon que no se les ha entregado nada de lo recaudado en eventos que se realizaron en el Coco Beach, supuestamente para apoyarlos.
IMSS determinará si fue accidente de trabajo
Ante la exposición de los afectados, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Luis Javier Algorri Franco, aseguró que se realizaban inspecciones de los empleados que no estaban afiliados al IMSS y recibían menos del salario mínimo semanal como pago y afirmó que que el IMSS determinará sí se trató de un accidente laboral.
«Nos enteramos a través de los medios de comunicación que los familiares referían que muchos de ellos no estaban dados de alta en el Seguro Social, por eso de manera oficiosa con las revisiones (…) es una sanción que pueden ser incluso cercano al medio millón de pesos por cada trabajador que no está dado de alta en el IMSS».
El funcionario indicó que están en la etapa de comparecencia entre el patrón y empleados para determinar si existe una conciliación entre las partes, y ante la ausencia del patrón se citó a la próxima audiencia voluntaria. Si no acude por segunda ocasión se citará a una tercera comparecencia obligatoria para que responda sobre el caso.
Patrón niega haber abandonado a sus empleados
Por su parte, Jesús González Lomelí, propietario del bar Coco Beach, negó las versiones de los trabajadores en el sentido de que no se les haya apoyado con los gastos médicos.
Aseguró que tienen forma de comprobar con facturas que gastó más de 2 millones de pesos en atención medica y será en comparecencia ante la Secretaría del Trabajo cuando lo demostrará.
«El tema es que la aseguranza (de la empresa transportista) no ha respondido. Porque al final de cuentas no fue un accidente de trabajo», respondió González Lomelí y sostuvo que esa es la instancia que debe indemnizar a las personas afectadas y familiares de las fallecidas.
Entrevistas de Ana Lilia Ramírez