San Quintín impulsa a Baja California como el segundo productor nacional de fresa
Mexicali, BC., 6 de julio.- Con una cosecha de 390 mil toneladas anuales en 11 mil 390 hectáreas, el valle de San Quintín genera más de la mitad de la producción agrícola de Baja California, en la que destacan los berries, el tomate y el cebollín de exportación, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
En esta zona existen 60 empresas constituidas como personas morales, físicas y núcleos familiares, confirmó la Secretaría del Trabajo del gobierno del estado.
Un reporte del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Sader documentó que para 2019 el valor de la producción en la región fue de 11 mil 460 millones de pesos y se registró un incremento de 54.1 por ciento en relación con el año anterior.
El principal producto de entre las berries fue la fresa, con 200 mil 570 toneladas; la frambuesa, con 11 mil 700; el arándano, 3 mil 425 toneladas, y la zarzamora, con 842.
Además se obtuvieron 121 mil 845 toneladas de jitomate, 17 mil de cebollín, 7 mil 880 toneladas de nopales, 4 mil de cebada en grano, 2 mil 934 toneladas de calabacitas, 2 mil 635 de trigo y 846 de col de Bruselas.
Por la actividad agrícola que hay en el valle de San Quintín, Baja California se ubica en el cuarto lugar a escala nacional en cuanto a la siembra de berries, sólo después de Michoacán, Jalisco y Guanajuato; por producto, ocupa el segundo sitio en el cultivo de fresa, el tercero en frambuesa y el cuarto en arándano y zarzamora. La mayor parte se destina a Estados Unidos.
Los plantíos se riegan con agua de pozos y de desaladoras, cuyas propietarias son las agroindustrias, las cuales migraron de la agricultura tradicional a la protegida (en la que se controlan algunos factores del medio ambiente).
Zona de contrastes
San Quintín, que dejó de ser delegación de Ensenada para convertirse en municipio en 2020, es un lugar de contrastes por el desarrollo agroindustrial que prevalece y al mismo tiempo el rezago social de su población, constituida por jornaleros, indígenas en su mayoría, que pertenecen a la tercera generación de hombres y mujeres nacidos en el estado con orígenes culturales de Oaxaca y Guerrero.
El autor de la investigación Mixtecos en Baja California: el caso de San Quintín, Everardo Garduño, precisó que los habitantes de esta localidad asumieron su identidad de bajacalifornianos o de “asentados”, en sustitución del término migrante, al considerar que éste los estigmatiza y los despoja de derechos locales.
Hasta la década de los 90 del siglo pasado se les nombraba como jornaleros agrícolas migrantes, a pesar de su asentamiento en diversos poblados, sobre todo en Vicente Guerrero y San Quintín.
Con la innovación tecnológica, la diversificación e intensificación de productos, este territorio dejó de ser un área de cosecha de junio a septiembre para consolidar su producción durante todo el año, consigna el estudio Crecimiento agrícola y condiciones de trabajo en el Valle de San Quintín, de Agustín Escobar, Elisa Alejandra Martínez y Diana Haidé López.
En sus surcos laboran más de 40 mil jornaleras y jornaleros que generalmente obtienen un pago desigual por el mismo trabajo; a una mujer le remuneran 10 mil 82 pesos mensuales, en promedio, contra 11 mil 291 pesos que le otorgan a un hombre.