Migrantes, en su mayoría mexicanos, los reunidos frente a Garita de Otay
Tijuana,18 de febrero. – Un grupo de alrededor de 40 mexicanos desplazados por la violencia y centroamericanos se reunieron en la garita de Otay -el cruce fronterizo a Estados Unidos- para intentar pedir asilo en ese país o tratar de que se les permita pasar y esperar allá su cita ante una Corte de migración porque dijeron sentirse “inseguros” en Tijuana.
Migrantes, en su mayoría mexicanos
Originarios en su mayoría de Guerrero y Michoacán dijeron estar “desesperados” porque su proceso de asilo no avanza en Estados Unidos, y en Tijuana temen ser asesinados.
Juan -quién pide así se le identifique- salió de su natal Guerrero tras el asesinato de su hermano y la amenazada del crimen organizado de exterminar a su familia.
“Tijuana fue la única opción para salir de la violencia. Me vine porque mataron a uno de mis hermanos, lo levantaron y me iban a matar a mí también, andamos huyendo, ya tenemos rato por acá y la verdad la desesperación nos hace hacer esto. Somos mis dos niños, mi esposa y yo”, narró.
Juan, su esposa y dos hijos de 5 y 13 años tienen meses esperando su cita migratoria, la cual se atrasó por la pandemia y temen que el brazo del grupo que los amenaza los alcance en Tijuana.
Mientras que María, dice que su familia quiere refugiarse en Estados Unidos, pues sus tierras y cultivos fueron incendiados por criminales en su natal Michoacán, de donde huyeron solo con sus papeles de identidad y lo que traían puesto.
“Veníamos con puros papeles en mano, gracias a Dios nos ayudaron en el albergue con ropa porque veníamos sin nada. Mi hijo, como ve, esta grandecito y ya querían obligarlo de andar en la delincuencia, me decían que ya tenía la edad para estar trabajando, a mi esposo lo secuestraron, yo no quiero eso”.
Atención al migrante
Enrique Lucero, director municipal de Atención al Migrante, acudió a la garita de Otay para exhortarlos a retirarse del lugar, les explicó que los plantones afectan su solicitud de asilo y les mencionó que se cerraron los trámites migratorios.
“Están desesperados porque están cerrados los procesos de asilo (…) la decisión es de Estados Unidos, que se suspendieran, por la pandemia … quiero también hacerles entender que esto en lugar de ayudarles va a empeorar. No pueden estar en esta zona porque es de tránsito y de vía pública”, apuntó el funcionario.
Reacción social
En esta frontera cada que “los migrantes” se acercan a las garitas -sin importar si vienen de otros estados del país o son extranjeros- los automovilistas y peatones expresan su rechazo hacia ellos porque el cruce se hace más lento y en ocasiones se cierra el paso fronterizo.
Un rechazo social que afecta el ánimo de quienes llegan hasta aquí desplazados por la violencia porque, dicen, son mexicanos y el sentimiento de no tener a dónde ir dentro de tu propio país es “amargo, triste”. Están obligados a desplazarse y aquí tampoco los quieren.
“Se siente muy mal uno porque no tenemos apoyo de nadie -apunta María- a lo mejor muchas personas no han vivido lo que nosotros hemos vivido y no lo entienden”.
No quieren molestar, insisten mientras sus hijos escuchan la conversación con la mirada clavada en el piso; solo quieren “huir” a un sitio donde esperan iniciar una nueva vida con seguridad para la familia.