Metales y Derivados, sin material peligroso, asegura titular de Medio Ambiente
Tijuana, 13 de noviembre. El predio de Metales y Derivados ya no contiene material peligroso sino tierra encapsulada que en algún momento estuvo en contacto con residuos tóxicos, aseguró la secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, Mónica Vega Aguirre, cuestionada sobre la alerta de movimientos que se realizan en el terreno donde se confinaron restos que resultaron del reciclaje de plomo entre las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado.
Luego de que residentes de colonias aledañas y el Colectivo Salud y Justicia Ambiental manifestaran su preocupación de que estuvieran realizando perforaciones en el sitio que pudieran dañar la celda de confinamiento, la funcionaria aseguró que «nosotros hemos actuado responsablemente» y adelantó que en los próximos días darán a conocer el resultado de un muestreo que se hizo en el sitio para conocer los niveles de contaminantes, «ya para terminar con tanta especulación».
A pregunta específica sobre lo que se está realizando en el predio -ubicado en la calle 2 Oriente de la Mesa de Otay-, aseguró que su uso es exclusivo para canchas deportivas, tal como se acordó cuando se entregó en comodato a la Asociación de Industriales de la Mesa de Otay (AIMO), lo que se le ratificó recientemente.
«Desde principios de este año sostuvimos reuniones con ellos para decirles precisamente que ahí no podía haber eso, que no se podían hacer obras distintas a la rehabilitación, pero lo más importante es que se han hecho monitoreos del predio».


De los mayores éxitos en materia de justicia ambiental
«Lo que sucedió en este predio en los 90 es uno de los mayores éxitos en materia de justicia ambiental, eso lo hemos reconocido siempre», aseguró la funcionaria durante la conferencia semanal de la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda, y explicó, «para acabar con las especulaciones», que «las perforaciones que se hicieron en aquel entonces son las perforaciones normales, precisamente que no pusieron en riesgo la celda, porque la celda no está en la superficie, está a 2.7 metros de profundidad».
Previamente -el pasado 5 de noviembre- la SMADS envió a La Jornada Baja California un comunicado en el que confirmó que se hicieron acciones en el terreno que «corresponden a mejoras superficiales de mantenimiento como limpieza, pintura, nivelación y rehabilitación de canchas, realizadas bajo criterios técnicos de bajo impacto ambiental», y expuso que «mantiene coordinación con las instancias competentes para verificar que toda actividad en el sitio cumpla con la normatividad ambiental vigente».
Refirió, sin dar detalles sobre lo que se dedujo como expresiones de preocupación por los movimientos en el predio, que recientemente hubo una manifestación de «un grupo de personas que labora en la Secretaría», y el miércoles atendieron preocupaciones del sindicato.
«Se acordó que la Profepa (Procuraduría de Protección al Ambiente) hará lo propio y nosotros habremos de entregar los resultados pero sí es importante aclarar que nosotros hemos actuado de manera responsable porque al principio se especuló que había movimientos de tierra, que había maquinaria pesada, luego que perforaciones y luego que obras grandes en el futuro pero no hay tal cosa».
Mónica Vega aclaró que «en este sitio no existen materiales radiactivos, por lo cual estos planteamientos que se han hecho son totalmente imposibles, por otro lado ahí ya no existe material peligroso»; sostuvo que en lo que va de los 15 o 18 años que se han hecho muestras «no se ha visto un movimiento de estos valores que a nosotros nos hagan pensar que existe un riesgo».
También aclaró que la celda de confinamiento no se encuentra bajo las oficinas de la SMADS, sino de las canchas deportivas que se construyeron en el sitio.
Clausurado y abandonado
Metales y Derivados S. A. de C. V. operó hasta 1994 cuando la Profepa clausuró las instalaciones en atención a quejas de la comunidad y la Coalición de Salud Ambiental -a través del Colectivo Pro Justicia Ambiental, actualmente Colectivo de Justicia Ambiental- de mal manejo de los materiales resultado de reciclaje de plomo de baterías y acumuladores de todo tipo.
El propietario de la empresa, filial de la estadunidense New Frontier Trading Corporation, José Kahn, huyó al país del norte del que es originario, dejando abandonadas 6 mil toneladas métricas de escoria de plomo, y material contaminado con antimonio, arsénico y cadmio, advirtieron comunidad y coalición y pugnaron hasta lograr que ambas naciones respondieran por el retiro de los desechos y se remediara el sitio.












