La autoridad ya aprendió a aceptar recomendaciones: CEDHBC
Tijuana, 30 de mayo. “La autoridad ya aprendió a aceptar recomendaciones, ése era uno de los grandes retos antes de la reforma del 2011. La autoridad en ocasiones no aceptaba recomendaciones, ni contestaban. Como dicen por ahí: eran llamados a misa (…) ahora el gran reto es que se cumplan los puntos”, aseguró Jorge Álvaro Ochoa Garduño, presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Baja California (CEDHBC), cuando se le cuestionó sobre la reciente aceptación de la recomendación 3/2024.
La recomendación 3/2024 de la CEDHBC habla del derecho a la ciudad de los tijuanenses, estableciendo que este derecho a una ciudad organizada, bien estructurada y con señalética clara ha sido vulnerado en varias ocasiones por la falta de acción de las autoridades.
“El derecho humano a la ciudad abarca muchas situaciones, lamentablemente los fenómenos naturales combinados con el dejar de hacer bien las cosas por parte de los servidores públicos han provocado que existan violaciones graves a los derechos humanos”, aseguró Ochoa Garduño.
Originalmente el Ayuntamiento de Tijuana no había querido aceptar la recomendación, hasta que la alcaldesa Montserrat Caballero intervino.
La recomendación establece un tiempo para realizar ciertas acciones como la actualización del Atlas de Riesgo, entablar diálogo con ONU-Hábitat, entre otras, sin embargo, ese plazo de tiempo en algunos casos supera el tiempo que le queda a la actual administración municipal.
“Lógicamente no va a alcanzar a cumplir cada uno de los puntos que se recomiendan y se traslada la obligatoriedad a la nueva persona titular de la alcaldía”, aseveró el presidente de la CEDHBC.
Sobre la crítica de que la comisión estaba sobrepasando sus funciones al hacer recomendaciones que tienen que ver con infraestructura, señalética y planeación urbana, el presidente de la comisión recordó que “una característica de los derechos humanos es la progresividad. Si nos vamos a la doctrina vamos a ver que existen derechos humanos de primera, segunda y tercera generación (…) es como el Derecho al Internet, que apareció hace unos años”.
