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Baja California

Invariable en Tijuana el cruce indocumentado, pese a muros y vigilancia

Por: Xinhua

Tijuana. El muro con barrotes de acero oxidado es claro reflejo de lo obvio: no se puede cruzar de manera natural de un lado al otro, es el muro fronterizo en uno de sus tramos en esta ciudad fronteriza.

Rosa Ramírez ha vivido durante 15 años a metros de Estados Unidos y cuenta que desde su casa y las calles aledañas ha sido testigo de numerosos cruces e intentos de cruces de migrantes, la mayoría de las veces guiados por informaciones erróneas y falsas esperanzas de que serán bienvenidos del otro lado.

Ha presenciado dramas como el cruce de familias con niños y de personas con limitaciones físicas, accidentes y lesiones de quienes retan a la mole de acero que separa el suelo estadounidense del mexicano.

Ramírez vive en Rancho Escondido, colonia al este de la ciudad y dice que el flujo migratorio es habitual en la zona, «la gente, por necesidad, siempre va a ver la manera de cruzar».

Por su parte el director de la oficina de Atención al Migrante del ayuntamiento de Tijuana, Enrique Lucero, coincide en que el flujo de migración es contínuo, «de todas partes, por propia cuenta o guiados por traficantes de personas».

Aunque en los últimos años la situación se ha agravado por las medidas restrictivas a la migración y el asilo dispuestas por Estados Unidos.

«Ingresan muy poquitos por una vía legal como es el CBP One o la excepción al Título 42 ante una gran demanda de más de 15 mil migrantes».

Mediante el Título 42, las autoridades de Estados Unidos han expulsado a México o deportado a sus países de origen a 2,7 millones de personas, según cifras de la Patrulla Fronteriza.

El funcionario municipal señaló que Tijuana tiene una red de 30 albergues regulados legalmente, que en estos momentos acogen a 5 mil 600 personas migrantes entre mexicanos desplazados por la violencia de sus estados, haitianos, centroamericanos y sudamericanos.

Fuera de los albergues hay más migrantes y su número total en la ciudad asciende a cerca de 15 mil, algunos de los cuales están ya integrados a la vida económica y social tijuanense por el tiempo que llevan en ella viviendo y a la espera de salida a sus trámites.

El director del albergue Movimiento Juventud 2000, José María García, llamó a las autoridades de México y Estados Unidos a esforzarse en proporcionar información correcta, que explique a los potenciales migrantes lo que pueden enfrentar cuando toman la decisión de migrar irregularmente.

«Las comunidades siguen en la frontera y están separando familias», critica García, que insta al Gobierno estadounidense a cumplir su promesa de contribuir al desarrollo regional de Centroamérica y buscar soluciones integrales a la cuestión migratoria, sin verlo más como un asunto de utilidad política.

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