La disputa por el control del Valle de Mexicali
Mexicali, 26 de septiembre. «Nomás fueron 10» los carros robados en un depósito de la Fiscalía General del Estado (FGE), afirmó el fiscal central Rafael Orozco Vargas, al precisar la cifra de vehículos sustraídos por un grupo de hombres armados en el lugar ubicado en el Valle de Mexicali; estaba en la conferencia semanal de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.
Ese incidente y la saturación de llamadas en el número 911, la mayoría por hechos inventados, es el panorama que se vive en el el sur del Valle de Mexicali, donde la Guardia Nacional y la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC) asumieron el control de seguridad a raíz de una agresión cometida contra dos elementos estatales el pasado 4 de septiembre, y el desarme y retiro de policías municipales.
Como parte de la llamada nueva estrategia de seguridad en la parte sur del Valle de Mexicali, los agentes municipales también fueron sometidos a exámenes de control y confianza, lo que motivó su descontento e incluso denuncias de supuesta tortura en su contra, y un desencuentro entre la alcaldesa Norma Bustamante Martínez y la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, luego de que la mandataria municipal revelara una supuesta falta de coordinación con el estado en materia de seguridad.
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Este miércoles, durante la conferencia semanal de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda se le cuestionó al fiscal central sobre el robo de vehículos en un corralón ubicado en el ejido La Puerta, a lo que respondió «nomás fueron 10, no 20», lo que provocó que la mandataria cuestionara entre risas «¿nomás 10?».
Cuando el fiscal central explicó que «me refiero porque se hablaba el día de ayer que había 20 vehículos. Informarles que hay vehículos que fueron manipulados mas no robados», y afirmó que muchos no tenían siquiera motor y no funcionan, Ávila Olmeda tomó la palabra y pidió: «pero sí dile que los sucesos que se han venido registrando en los últimos días son una reacción al operativo de seguridad», además de que aclaró que «de cualquier forma se está haciendo toda la investigación para llegar al fondo de este asunto y de cualquier otra situación que se presente».
Orozco Vargas calificó como «inusitados» los hechos registrados en el Valle de Mexicali y que «no están ocasionando daño directo hacia una persona en realidad, y que entendemos que quieren hacer ruido», a lo que la gobernadora complementó: «más un ruido mediático, esa es la realidad, o una llamada de atención en relación al mismo operativo que se está registrando», incluso dijo que «hace dos días nos atiborraron el 911 de denuncias falsas».
Ávila Olmeda aclaró que para su gobierno lo más importante es «la tranquilidad, la paz y la seguridad de los ciudadanos», la instrucción que se ha dado en la mesa de seguridad regional, que es lo que también se aplica en San Luis Río Colorado, Sonora.
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Respecto a los policías retirados de sus funciones para someterlos a evaluaciones, la gobernadora afirmó que se está haciendo un diagnóstico de los perfiles «evidentemente es muy importante el municipio y se trabajará con ellos con toda la coordinación para seguir en una estrategia que le dé paz a Baja California».
Los agentes evaluados acusaron que se les sometió a tortura psicológica y afirmaron que tenían exámenes de control vigentes, y por su cuenta la alcaldesa Norma Bustamante Martínez señaló que faltó coordinación por parte de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana estatal, lo que en su momento generó una respuesta enérgica de la gobernadora y destacó que desde que las fuerzas estatales y federales asumieron el control no se ha cometido ningún homicidio en el Valle de Mexicali.
Este miércoles reiteró que la incidencia sigue igual y sostuvo que se actuó conforme a derecho ante los acontecimientos, pero está dispuesta a escuchar a todos los involucrados: «se registraron una serie de acontecimientos en el Valle de Mexicali en fechas recientes, todos hemos sido testigos de ello; salió un video que circuló a nivel nacional -dijo en relación con imágenes en las que se observa a policías municipales escoltando a presuntos integrantes del crimen organizado-, y un atentado contra agentes de la FESC».
