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Baja California

Calor «infernal» deja «vacía» a Mexicali; ya cobró 14 vidas

Por: Mireya Cuéllar

Mexicali, 11 de julio. La capital de Baja California está vacía. Eso parece. Vivir con 50 grados centígrados de temperatura –a la sombra– en el verano obliga a que las carnes asadas se organicen a las 9 de la noche, el ciclo escolar termine con «clases a distancia»; se instalen albergues municipales para resguardarse del calor, se convoque a la población a «no caminar» por las calles y se cierren los parques públicos por seguridad.

El dato duro en la ciudad «más caliente» del país es de 14 muertos en lo que va de la temporada, según el Servicio Médico Forense. El último deceso ocurrió el miércoles, la víctima era un hombre de entre 50 y 55 años cuyo cuerpo se encontró en el fraccionamiento Quinta del Rey; estaba a la intemperie y en un estado avanzado de descomposición.
Un día antes, luego de tres días con temperaturas arriba de los 50 grados, ocurrieron otras dos muertes. 

El 8 de julio Mexicali rompió el récord de su propio infierno: 52.4 grados, según datos del Sistema Meteorológico Nacional (SMN), en un registro realizado desde 1948.

¡Hubieras venido ayer!

Los cachanillas bromean con el calor. Cuando un «tijuano» se queja de la temperatura, la respuesta es un «¡hubieras venido ayer!», porque seguramente estuvo peor.

No es gratuito que los chinos construyeran túneles a principios del siglo XX para poder vivir aquí en lo que hoy es el centro histórico, La Chinesca.

La tradición marcaba que la canícula mexicalense era en agosto; este año Protección Civil alertó que empezó el 3 de julio y la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda pidió a las escuelas valorar la conveniencia de suspender las ceremonias de clausura o hacerlas en los momentos menos cálidos del día. Pero no hay tregua: por las noches el termómetro sigue marcando de 36 a 38 grados centígrados.

Simplemente se desvanecen

La gente simplemente se desvanece en la calle. Así se ha visto morir a la mayoría. En las calles A y Presa Miguel Hidalgo, en la colonia Carranza, la dueña de la estética Claus llamó al 911. Eran poco más de las 11 de la mañana y un hombre se desmayó frente a ella. Alcanzó a verlo respirar con dificultad. Cuando llegaron los servicios médicos ya había muerto.

Otro quedó tendido en el camellón, con una botella de una bebida energizante al lado. Entre los muertos hay tres jornaleros del Valle de Mexicali. El gobierno estatal recomendó a los patrones permitir que los trabajadores se hidraten y tomen descansos en una jornada que empieza muy temprano para poder parar a más tardar a las 12 del día.

Los migrantes y los sin techo son los grupos más vulnerables. El municipio colocó puestos de hidratación en varios puntos de la ciudad y hay dos albergues donde pueden refugiarse del calor, uno para el día y otro para la noche.

El albergue Peregrino ofrece un espacio techado con ventilación, camastros, ropa limpia, artículos de aseo, regaderas, agua y suero oral. El refugio Bellavista abre a las 6 de la tarde y cierra a las 7 de la mañana del día siguiente.

La mayoría de los migrantes huyen de la ciudad. Decenas que llegaron en caravanas desde el sur del continente prefieren Tijuana y su clima más templado.

Mexicali está literalmente enterrada en una zona semidesértica del noroeste mexicano, pues se ubica ocho metros bajo el nivel del mar y su valle agrícola vive gracias al río Colorado, que desemboca en el Golfo de California.

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