Caballero presume unión con gobernadora durante Primer Informe de Gobierno
Tijuana, 12 de octubre.- «Nadie habla de que la gobernadora y yo llevamos un año gobernando y nunca hemos cometido los zafarranchos que otros caballeros cometieron entre sí», fue una de las frases de Montserrat Caballero que se ganó las palmas durante su Primer Informe de Gobierno.
Por primera vez, en el año que lleva al frente del Ayuntamiento de Tijuana, la alcaldesa no escondió su candor a la hora de hablar de quienes la critican, de su labor al frente del municipio y de su relación con la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, a quien reconoció como compañera, amiga y confidente.
En su primer informe de actividades, Montserrat dejó que primero fueran los regidores quienes pusieran en palabras lo que la administración ha logrado, retratar la imagen de una Tijuana que al final de la administración pasada estaba cansada por la división y los conflictos que nublaron ese periodo.
Con un libro de 135 páginas, el Ayuntamiento buscó resumir las actividades del año, pues el discurso de la alcaldesa se concentró en las dificultades de avanzar.
«Antes de iniciar me gustaría aclarar que a las mujeres se nos juzga por todo, ¿Verdad Karla Ruiz?, se nos juzga por todo, cómo a nuestra gobernadora, si tienes un esposo y te apoya, te quiere, se le juzga, si no tienes esposo, se te juzga, y siempre somos motivo de que se nos esté juzgando», fue el inicio del discurso de la alcaldesa.
En primera fila, en contraste a su toma de protesta, Montserrat se vio cobijada por toda la administración estatal actual, con Marina del Pilar al frente y en el centro.
«No están para saberlo, ni yo para contárselo, pero lo voy a contar, si me lo permites, a la señora gobernadora yo le he llamado a deshoras de la noche (…) para decirle que tiene todo mi apoyo, que tiene todo mi respeto», aseveró la alcaldesa, ante la mirada perpleja de algunos.
Las críticas estarían siempre, juntas o separadas, planteó Montserrat, «si nos vieran juntas todos los días, dirían: ‘por estar comadreando, no trabajan’; es así como se diría de nosotros, de las mujeres».
En los comentarios iniciales algunos de los regidores aludieron a la percepción de conflicto entre Marina y Montserrat, con el tercero en discordia, por lo que la alcaldesa enfatizó «(hay) preocupación entre algunos de nuestros regidores, espero aclarar está situación, teniendo aquí a todos mis regidores presentes, les voy a preguntar si alguna vez les he pedido que no vayan al estado ha hacer el trabajo, nunca; si alguna vez yo he hablado algo en contra de nuestra gobernadora, jamás; si puedo transitar con las alternancias como el PAN, el PRI, el PES, a quien respeto y admiro, claro que voy a poder trabajar con la gobernadora, que es mujer, es del mismo partido y que no somos comadres porque no vivimos en la misma ciudad, así que no se confundan».
«Muchas gracias gobernadora, por tu paciencia, sufrimos y padecemos de los mismos laceramientos, pero es un verdadero honor andar aquí contigo».
Reconoció la cooperación entre estado, congreso y municipio con un chiste: «el congreso es el que aprueba el dinero, ¿ustedes creen que las obras se hicieron solas?».
El final del discurso es sobre el difícil proceso de construir una democracia participativa en una ciudad en la que convergen ideologías, religiones y modos de vida tan distintos los unos de los otros, donde promete seguir «juntos la construcción de un camino de austeridad, prosperidad, honestidad y buen gobierno, seguimos trabajando en equipo por una visión de frontera hacia el futuro y la innovación».
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