Estos alborotadores de los últimos tiempos, auténticos “moteros” —Café Racer— merecen una nueva ilustración y, de alguna manera, aquí la tenemos: una cuadra en busca de la insolencia perdida
Agustín Cadena nos muestra que no se necesita caer en el tremendismo ni en el panfleto para retratar, con dos o tres pinceladas precisas, nuestra dolorosa realidad
Es decir, en el imaginario de estos jóvenes el ser obrero de maquila es equivalente a no tener futuro, ser pobres y sin ambición, mientras tanto, a aquellos asidos al crimen los identifican con el arrojo, la valentía y posiblemente con ser buenos proveedores y protectores