Poemas que cruzan fronteras: Lectura binacional de poesía en la FLT
Tijuana, 13 de junio.- Durante la tarde de ayer, poetas de ambos lados de la frontera se reunieron para leer sus textos en la Feria del Libro Tijuana. En la presentación del evento, se describió a los poetas como «sembradores de luz. Allí donde hay fractura, tienden palabras como hilos de oro, allí donde hay silencio siembran la voz».
Los escritores que participaron, cuyas plumas vienen de Mexicali, San Diego, Bagdad, etc, son: Jorge Ortega, Sonia Gutierrez, Francisco Bustos, Shadab Zeest Hashmi, Najah Abdelkadera y Laura Cielo Juárez.
En las palabras iniciales, Jorge Ortega reconoció el esfuerzo por la Feria de convocar a poetas de ambos lados de la frontera en torno al fuego de la palabra poética, sobre todo en estos tiempos de sentimientos encontrados entre los gobiernos de las naciones, aludiendo a las protestas de latinos y migrantes ante las políticas antimigratorias de la presidencia de Trump. Ortega expresó que «los pueblos de la tierra en el fondo mantienen una extensa fraternidad a veces no declarada pero que está ahí latente», y dedicó las palabras poéticas a favor de la paz de las naciones.
El evento se conformó por dos rondas de lectura y una intervención de poesía sonora y «escrita a la brava» por parte de Lucia, y con música de Francisco.
Ortega leyó un poema que incluía versos como: «Lo que no tiene forma ni cuerpo es eterno (…) Abrazar el vacío, aferrarse a su árbol de murmullos, hasta que el aire tome la forma de tu rostro, lo que no es visible jamás podrá morir».
Najah Abdelkadera, proveniente de Irak, compartió un texto que trata la situación violenta que se vive en Gaza, Palestina, sobre una niña que busca comida entre los edificios derrumbados. «No hay palabras de la niña con la caja abierta de Makintosh (…) sopa caliente quemando las manos y no hay palabras (…) y habla de algo inmenso y habla de fuerza sin palabras de una antigua fuerza de la tierra (…) no hay palabras para el horror, para la rabia, para la tristeza, para el silencio».
Los versos de Shadab Zeest hablaron de los bombardeos de Estados Unidos: «En los cuatro minutos que me llevó picar el clavo, arrojar las hojas de té en el rosal (…) la ciudad entera estaba perdida. (…) Justo cuando terminé de lavar el garrafón la ciudad entera estaba bajo polvo de cemento y humo».
Laura Cielo Juárez, alumna también de Francisco Bustos, tocó temas de la muerte y el sufrimiento con sus palabras: «No puedo respirar, mis llantos inundaron mis pulmones. Estoy muriendo sin morir, estoy viviendo sin vivir, estoy desvaneciendo como una estrella que alcanza su máxima luminosidad justo antes de explotar para desaparecer para siempre»
Por su parte, Sonia Gutierrez cuestionó la perspectiva que existe sobre que los animales son seres inferiores: «Dicen que los animales no sienten pero has visto la mirada del tigre sin garras en su casa de vidrio. Dicen que los animales no sienten pero has escuchado a los pájaros huir de los edificios altos con los ojos encendidos. Dicen que los animales no sienten pero has visto a la rinoceronta emboscada llorar por su cuerno aserrado y dicen que algún día solo podremos ir a ver a los gorriones al zoológico».
Finalmente Francisco Bustos declamó un poema sobre la experiencia de un deportado el 24 de diciembre: «Así no. Me deportaron un diciembre 24 del 2024. No me quiero ir a casa de esta manera, me pusieron esposas en las manos a la fuerza, me aventaron a una panel, me echaron a un cuarto, me agacharon y lloré como un bebé solo en la oscuridad y dejé de ver a los a los pájaros y dejé de ver el cielo. Perdí mis sueños, todos ellos. Así no, vine a trabajar, vine a comer y vine a sobrevivir, soy un buen hombre, sabes. Así que voy a tener que encontrar la forma de regresar. Encontrar la forma de plantar de nuevo mis sueños aquí».
A través de sus líricas los poetas abordaron temas universales como el dolor, la migración, la guerra y la injusticia, para recordar que la poesía sigue siendo un puente entre culturas.