Polémica arbitral previa a la final de la Copa del Rey
Las últimas 24 horas han sido tensión absoluta en el futbol español en vísperas de la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y FC Barcelona.
Todo comenzó con un video de Real Madrid TV criticando las actuaciones de De Burgos Bengoetxea en partidos anteriores frente a ambos equipos. Real Madrid TV, un canal privado, ha estado en el ojo del huracán múltiples veces por este tipo de videos difamatorios en donde muestran errores arbitrales antes de partidos de alto calibre, generando críticas principalmente a Florentino Pérez ya que, aunque es un medio privado, sigue representando a la institución cuyo nombre lleva.
Sin embargo, el arbitraje español lleva varios años en una caída libre absoluta, particularmente desde que salió a la luz el ‘Caso Negreira’, donde se destapó que el FC Barcelona estuvo pagando casi 20 años al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, Enrique Martínez Negreira, pero unos presuntos «informes» y en búsqueda de «neutralidad arbitral».
Desde entonces, la realidad es que la legitimidad del fútbol español ha sido cuestionada en todo el mundo, y con mucha razón, ya que el control de daño de la federación ha dejado mucho que desear y ha permitido que canales como Real Madrid TV utilicen este escándalo como arma previa, algo que también se ha acusado de «manipulación».
La solución, un poco incompresible por parte de la Real Federación Española de Fútbol fue permitir que los árbitros designados para la final, Ricardo De Burgos Bengoetxea, y el encargado del VAR, Pablo González Fuertes, dieran ua conferencia de prensa, algo muy poco común, o casi inédito, en el fútbol.
De Burgos Bengoetxea rompió en llanto y aseguró que los videos de Real Madrid TV eran muy dañinos y habían ocasionado que los compañeros de colegio de su hijo lo acusaran de ladrón. No obstante, la polémica absoluta llegó cuando González Fuertes aseguró que antes las acusaciones «estaban preparando consecuencias y querían hacer historia», algo que lógicamente sólo puede interpretarse como una amenaza y una clara falta de imparcialidad de un colectivo arbitral que por la naturaleza de su trabajo tiene que mantener neutralidad absoluta.
Por esta razón, el Real Madrid canceló su rueda de prensa, faltó a su entrenamiento y pidió en un comunicado oficial explicaciones a la RFEF, que aseguró que no podría existir un cambio de árbitros. Se llegó a rumorar que el Real Madrid podría llegar al extremo de no presentarse a la final de la Copa, aunque el propio club desmintió esto un par de horas después.
Las acusaciones del Real Madrid, sin embargo, no carecen de fundamento, ya que la falta de transparencia en las designaciones de estos árbitros ha sido constante objeto de crítica desde hace mucho tiempo. De Burgos Bongoetxea, a pesar de ser árbitro internacional, nunca ha arbitrado un partido de la Champions League ya que la UEFA no le considera suficiente coeficiente para este tipo de partidos. Y, a pesar de esto, es la tercera vez que arbitra una final de Copa de este calibre. Lo opuesto también ocurre; Gil Manzano, el árbitro del fútbol español con el mayor coeficiente según la UEFA, prácticamente nunca arbitra Clásicos, Derbis o Finales de Copa.
De Burgos Bengoetxea también fue duro objeto de críticas en Brasil ya que el fue el árbitro encargado del infame partido del Real Madrid y el Valencia que pasó a la historia por el ‘caso Vinicius’, en donde el joven jugador brasileño sufrió ataques racistas y, De Burgos no solo se negó a suspender el partido, sino que terminó por expulsar a Vinicius. Esta terrible actuación le valió para ser criticado en todo Brasil, un tema en el que hasta el presidente Lula salió a defender a su compatriota.
Al final, parece que el asunto no pasará a mayores y la final se jugará con normalidad. No obstante, el ojo queda de nuevo en la Federación de Futbol Español, que parece seguir en caída libre. No solo es el ‘Caso Negreira’, son también las malas designaciones arbitrales, el bajo coeficiente de sus árbitros, las acusaciones de corrupción y de machismo a su expresidente Luis Rubiales, los precios exorbitantes de sus transmisiones en España, el caso de ‘Dani Olmo’, la polémica con las designaciones de la Supercopa a Arabia Saudita y un arbitraje que parece favorecer constantemente a los equipos más grandes sobre los menores, entre una lista aún más larga de problemas, que están dejando la legitimidad del fútbol español en los suelos.