Papanicolau no detecta cepas de VPH en interior de cérvix, revela estudio
Ciudad de México, 14 de noviembre. Las mucosas en el útero podrían ser reservorios de virus del papiloma humano (VPH) que resguardan cepas altamente cancerígenas, de ahí la necesidad de estudiar más las formas en que éstas se activan, revelan nuevos estudios realizados por investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas (Iibo) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Leticia Rocha Zavaleta, líder de la investigación, explicó que un análisis efectuado por su equipo en el Departamento de Biología Molecular y Biotecnología mostró la presencia de VPH oncogénicos tanto en las mucosidades como en las células cervicales productoras de dicho moco en mujeres que son diagnosticadas como sanas.
Cuando el personal médico realiza un Papanicolau o una colposcopia, la parte externa del cérvix es la que queda visible y puede examinarse, ahí es donde se genera la mayoría de los tumores provocados por el virus. Sin embargo, en el área interna, difícil de inspeccionar por los ensayos que se tienen hoy en día, también se desarrollan, resaltó.
La única forma de visualizar esa área sin ser invasivos con las mujeres es cuando de manera natural el cérvix interno sale a la parte externa, lo que ocurre al inicio de la pubertad, después de tener un bebé o por el consumo de anticonceptivos orales, añadió.
Ante estudiantes y académicos del Iibo, reunidos en el auditorio Alfonso Escobar Izquierdo, destacó que los resultados han mostrado evidencia de que los genotipos virales presentes en las células coinciden con aquellos detectados en el moco, lo que implica que estas serían reservorios activos.
Señaló que este hallazgo contribuye en demostrar que al interior del cérvix hay presencia de VPH, pues anteriormente se había descartado la posibilidad, ya que naturalmente las células no son capaces de sostener el ciclo vital del virus.
Debido a que una vez infectada la mujer también se convierte en fuente de infección, aunque no presente síntomas, Rocha Zavaleta y su equipo investigan por qué algunas no se ven tan afectadas por el virus, mientras que otras desarrollan cáncer.
La doctora en Inmunología precisó que uno de los factores que revisan es la flora bacteriana, única del útero y cuyas alteraciones podrían estar relacionadas directamente con la activación del VPH o si éste permanece silente.
Lo anterior y el análisis de moco cervical podrían ser las formas en que se detecte la presencia del virus en mujeres que no presentan las condiciones para examinar la parte interna del cérvix.
Es importante mencionar que en el estudio se incluyeron 197 mujeres de 20 a 54 años de edad (con dos embarazos y dos parejas sexuales); solo ocho por ciento estaba vacunado, pese a que debieron recibir el antígeno de acuerdo con la política mexicana de vacunación.