El lado pop del culto mexicano
Tijuana, 5 de noviembre.- En septiembre pasado fue inaugurada en Tijuana la muestra gráfica “Dioses ocultos”, quinta exposición individual del artista visual Benito del Águila.
La obra del también promotor del arte mexicano se presenta como una invitación a “explorar la riqueza cultural y espiritual de México a través del lente vibrante del Pop Art”, como se lee en la entrada de la exposición instalada en el nivel C del Grand Hotel Tijuana.
A través de diversas técnicas del uso del color y de composición, el artista nacido en la ciudad de México explora el arte popular mexicano y algunos de sus personajes para encontrar en sus símbolos los vestigios de la fe autóctona arraigados en el sentimiento nacional. Mediante su técnica, que gira en torno al collage, Del Águila resignifica escenas y personajes de la cultura y el arte en una dimensión emocional que toma formas religiosas. En el cuadro con que inicia la exposición, “Autorretrato”, el artista proyecta la complejidad del dolor y la alegría, construido en un proceso que alude a sus aprendizajes de casa, en que su mamá hacía collage.
La fusión en la cultura
En su selección de elementos convive lo religioso y secular sin oponerse destacando la yuxtaposición de sentimientos en torno a lo sagrado y lo sangriento. La superposición de dichos elementos constata la intensa vida emocional arraigada en los símbolos cristianos y la cotidianeidad. De este modo, pueden verse corazones del juego de mesa de lotería sustituyendo las balas que dispara el personaje femenino de la gráfica de José Guadalupe Posada “Asesinato de la Malagueña” cuando ataca al personaje de otra gráfica, “Pormenores de la última ejecución”, del mismo artista. Una familia fotografiada por el mexicano-alemán Hugo Brehme es convertida, a través de los destellos de etiquetas doradas colocadas en torno a sus cabezas, en una Sagrada Familia.
La continua interacción entre el arte sagrado y el profano alude a un sincretismo novohispano en que los dioses mesoamericanos se asoman en los retablos y relatos de la evangelización de la época. La hoja de oro en el fondo de sus cuadros aporta solemnidad al registro cultural que va de la literatura decimonónica al registro cinematográfico a través de estrategias contemporáneas de composición.
Las técnicas en tiempos del pop
Del Águila confiesa la influencia de la banda de hip hop Beasty Boys en su obra, acostumbrada a componer a partir de lo producido por otros como haría un diyei. Para el caso de la obra visual esto resulta un collage. El mismo nombre de la exposición fue inspirado en la canción “Dioses ocultos», de la banda mexicana de rock Caifanes.
En un tríptico en tres variaciones distintas, la cantante Lucha Reyes aparece en los mismos contrastes del stencil de Marilyn Monroe realizado en 1968 por Andy Warhol. Al comentar sobre la experimentación en este tipo de imágenes, Del Águila explica que la repetición dejada a la impresión de la máquina es también creación pues “la técnica surrealista es ceder el control” de modo que lo inesperado forma parte del resultado. Aunque el proceso de creación no comprende solo la impresión de color; más bien va de la colección de objetos (timbres postales, etiquetas de licor, libros antiguos, etc.), la organización de la diversidad de fondos, la medición y los cortes, así como la selección del color basada en la colorimetría de los patios y monumentos del arquitecto Luis Barragán.
La exposición “Dioses ocultos” se mantendrá en lo que resta del año. Las visitas guiadas pueden ser solicitadas a Benito del Águila a través de sus redes sociales.