Análisis a Fondo | El objetivo: atraer muchos capitales extranjeros
Por lo ocurrido este martes por la mañana, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum, acompañada del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, presidió el encuentro denominado +US-Mexico CEO Dialogue, una cumbre de alto nivel entre líderes y empresarios de ambos países, se manifestó confiada, o mejor dicho, segura de que tendrá muchos éxitos en la relación de México con la iniciativa privada del socio comercial de allende el Bravo, pues si la reunión se organizó para animar inversiones extranjeras en la economía mexicana, por lo pronto se amarraron 20 mil millones de dólares, una cantidad nada despreciables contra la preocupación de los sectores de derecha de que la reforma judicial ahuyentará a los inversionistas por el presunto temor de que no haya en México seguridad para su dinero. Los empresarios estadounidenses asistentes al encuentro con sus homólogos mexicanos, y Claudia y Marcelo, vinieron auspiciados por la American Chamber, y los mexicanos por el Consejo Coordinador Empresarial.
Pero lo más atractivo es que, a 15 días de haberse puesto la banda presidencial, la primera mujer presidenta en México, en 200 años de que se declaró estado republicano a México, Claudia se tiró a fondo para demostrar que la Cuarta Transformación, calificada de comunista come niños, no está peleada con los empresarios, sino que los ve como socios muy atractivos para impulsar el crecimiento económico del país, lo que significa empleos (ya veremos si bien pagados). Ella está convencida, y lo ha reafirmado tanto en su campaña política como en los 15 días que lleva gobernando (hoy,1 6) que la economía de México, que significa reparto de la riqueza entre los mexicanos, y los que viven acá venidos de otros países del subcontinente va a crecer y seguirá subiendo en el ranking de las economías mundiales, en el cual ya ocupa el duodécimo sitio, lugar destacadisimo si se ve que el mundo abriga a por lo menos 200 países, con cifra no oficial. La asociación que la “comunista”, como la califican sus enemigos de los sectores conservadores del status quo, pretende es con aquellas economías que inevitablemente están asociadas, como lo están con la economía mexicana, Estados Unidos y Canadá. Pero por supuesto que no descarta, de ninguna manera, la asociación con otras economías, particularmente de la zona latinoamericana. La economía mexicana no compite con sus socios de Norteamérica. Más bien se complementa. Las tres economías son socias, Estados Unidos y Canadá son economías con las que México tiene firmado un Tratado comercial, el TMEC (Tratado México, Estados Unidos y Canadá) gracias al cual la economía mexicana se fortalece.
Después del encuentro con los empresarios estadounidenses y mexicanos, Claudia manifestó, y con ella estuvo de acuerdo su secretario de economía, Marcelo Ebrard, que lo más importante de la reunión fue el tema de las inversiones extranjeras en la economía mexicana, porque son un importante factor de crecimiento del producto, lo que apoya el crecimiento del empleo. Y empleo bien remunerado es lo que necesitan los mexicanos, sobre todo aquellos que no pueden tomar un buen descanso los fines de semana. El encuentro fue muy productivo en inversiones, como la anunciada por la Cámara Americana en momentos en que la economía mexicana crece. Y crece bien porque hay empleo, no obstante que haya habido algunas caídas particularmente el sector agrícola a pesar de las sequías en la mayor parte de la geografía mexicana.
En el encuentro con la presidenta de México, los estadounidenses estuvieron de acuerdo en que el T-MEC no es para competir, sino para que los mexicanos y los estadounidenses, y canadienses se complementen para hacer crecer Norteamérica, una región muy competitiva en el mundo. La presidenta mexicana aseguró que el encuentro con los sectores empresariales de México y Estados Unidos será muy benéfico para ambos países. La economía mexicana va a cerrar muy bien el año. La economía mexicana está cerrando el año con números positivos. Así que no se me agiten, amigos derechairos panistas, consentidos de la jerarquía católica preconciliar.