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Derrota y victoria de mexicanos en Las Vegas, en el marco de fiestas patrias

Por: Redacción La Jornada Baja California

Previo a la conmemoración de nuestras fiestas patrias dos actividades deportivas, en las que participaron connacionales, congregaron este sábado en Las Vegas, a la comunidad mexicana residente en Estados Unidos: el combate entre los púgiles Saúl Canelo Álvarez y el puertorriqueño Edgar Berlanga, así como la pelea entre Alexa Grasso y la nacionalizada peruana Valentina Shevchenko, quien terminó por alzarse con el triunfo.

La mexicana Alexa Grasso perdió por decisión unánime el título mosca de la UFC (Ultimate Fighting Championship), la mayor organización de artes marciales mixtas (MMA) del mundo. La función se desarrolló en La Esfera, recinto donde se celebró una cartelera con motivo de las fiestas por nuestra independencia.

En espera del veredicto.

Fue un combate que necesitó de la deliberación prolongada de los jueces para poder decretar a una vencedora, pues ambas contendientes tuvieron momentos de fiereza y estupenda técnica de ataque. La mexicana buscó llevar la pelea de pie para desplegar su mejor arsenal, en contraste, la originaria de Kirguistán trataba de que se desarrollara en la lona, donde parece más efectiva.

Al final, Shevchenko logró imponerse ante una peleadora mexicana que no consiguió llevar al intercambio de golpes el combate y que buscaba el nocaut para poder salvar el título.

Las contrincantes, al final de la pelea

Retador desconocido

Por su parte, el del Canelo fue un encuentro en el que el boricua Édgar Berlanga, un retador casi desconocido, sorprendió por lograr terminar los 12 asaltos de pie, cuando se le daba por aniquilado antes de tiempo. 

Pese a que no pudo fulminar a su rival, el monarca pelirrojo conservó sus tres cinturones de peso supermediano –CMB, AMB y OMB– por decisión unánime en el combate realizado en la arena T-Mobile de Las Vegas ante más de 20 mil asistentes.

La pelea se avizoraba como un simple trámite para el Canelo por las trayectorias tan distintas: él llegó con 61 victorias en 65 combates; Berlanga, casi un desconocido, estaba invicto en 22 peleas. 

El contraste entre los contendientes era notorio. Canelo, 34 años y 1.71 de estatura, se medía ante un Berlanga de 27 años y 1.85. Frente a frente parecían dos rivales de divisiones diferentes. Los distanció la experiencia enorme del mexicano.

El pam, pam, pam.

Canelo salió en su versión más ofensiva, con la iniciativa y siempre adelante, pero con la habilidad que ha desarrollado para quitarse los golpes en un juego prodigioso de cuello, cintura y hombro. Cuando Berlanga sintió más confianza, en el tercer episodio, se arriesgó al ataque con un jab que se notaba poderoso y coherente con su estatura. Pero ahí surgió la experiencia del pelirrojo, un depredador al que le ofrecieron un flanco y no lo desperdició: conectó al boricua con una zurda directa a la mandíbula que lo envió a la lona. Parecía que todo terminaría pronto, pero el puertorriqueño supo reponerse y seguir en combate.

Casi al final del décimo round, se engancharon en un duelo de provocaciones y se gritaron cosas nada amables, pero sin meterse las manos. Terminaron bastante enardecidos y sin que el mexicano lograra demoler a Berlanga. Apenas terminó la pelea, ambos se abrazaron y se pidieron disculpas. Berlanga le confesó que se sentía mal por insultarlo. Canelo le respondió que lo entendía y que lo había hecho muy bien, todo es parte del boxeo y gritó eufórico: ¡Viva México, cabrones!

Pese a perder ante el mexicano, Berlanga se veía eufórico al final del combate. Soy un ganador, dijo, “me siento afortunado de poder estar aquí. Canelo es mi ídolo desde que yo era niño y pudo elegir a cualquiera para pelear, pero me escogió a mí y eso lo agradezco”.

Por su parte, Canelo Álvarez –viejo lobo marino que sabe administrar sus combates, aumentar su fortuna, azuzar al público y ser el centro de atención– respondió a sus detractores tan fieles como sus fanáticos: “¿Ahora qué van a decir después de esta pelea? Soy el mejor peleador y, aunque gane, siempre van a seguir hablando”.

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