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Baja California

Baja California: Arena local de luchas nacionales en el campo y procesos globales

Por: Everardo Garduño / La Jornada del Campo

Era una fría noche de invierno cuando aquel árido valle se vio repentinamente invadido por oscuras siluetas con sombreros, clavando banderas rojas en el suelo y una bandera nacional al centro. Demandaban las tierras que la Colorado River Land Company promovía como «El rancho algodonero más grande del mundo». Era el célebre Asako a las tierras del 27 de enero de 1937, que dio por resultado la aplicación de la Reforma Agraria en el valle de Mexicali, Baja California, y que fue corolario =a la vez que antecedente- de una serie de movilizaciones con impacto nacional, resultado de transformaciones estructurales a nivel global.

El valle de Mexicali vio rodar por primera vez agua por un canal en 1901. Esto fue cuando la California Development Company introdujo desde Yuma, Arizona, el líquido a territorio mexicano, para esquivar las dunas localizadas al oeste de esta ciudad y conducirlo nuevamente a Estados Unidos para irrigar el valle Imperial en California.

Tres años después, la Colorado River introdujo al valle de Mexicali el cultivo de algodón y se encargó de ahuyentar la presencia de mexicanos en la zona. Esto provocó una serie de movilizaciones en su contra como la incursión en 1911 de los magonistas, acompañados por la International Workers of the World, y en 1930, el movimiento inspirado también en el anarquismo y encabezado por Felipa Velazquez viuda de Arellano. Siete años después, un grupo de migrantes deportados de Estados Unidos, en el contexto de la Gran Depresión, protagonizaron el citado asalto a las tierras. Gobernaba entonces Lázaro Cárdenas, quien de inmediato procedió al reparto de las 400,000 hectáreas en propiedad de la compañía norteamericana.

La reacción a este movimiento no se hizo esperar, y a finales del mismo año tuvo lugar la Huelga de los Sentados organizada por quienes perdieron las tierras que rentaban a la Colorado River. A decir de sus dirigentes, los Sentados no se oponían a la vía ejidal, solo pedían que les restituyeran, por la vía privada, la tierra en la que tenían cultivos a punto de cosechar al momento de la afectación según afirma uno de los líderes de esta huelga, el 24 de diciembre de 1937, el general Cárdenas le expresó personalmente en Palacio Nacional que les iba a dar su navidad; ese dia autorizó la venta de parcelas en el valle de Mexicali y con esto, abrió la puerta en todo el país a la coexistencia de la pequefia propiedad privada y el ejido.

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Más tarde, en 1938, a instancias del propio Cárdenas y el PRM, antecedente del PRI, se formó la Confederación Nacional Campesina (CNC) con ejidatarios y jornaleros agrícolas de todo el país. El propósito de esta organización era defender la Reforma Agraria ante las amenazas de las tendencias privatizadoras promovidas por la reacción y defender los derechos laborales de los trabajadores agrícolas que laboraban para los agricultores adinerados. Sin embargo, al poco tiempo, los ejidos colectivos introducidos por Cardenas empezaron a experimentar sus
propios conflictos. De acuerdo a los viejos ejidatarios, los núcleos ejidales incorporaron personas sin experiencia en las faenas agrícolas, haciendo que el trabajo pesado y la responsabilidad del éxito del ejido recayeran en unos cuantos. En 1939, estos últimos solicitaron a Cárdenas, en el ejido Jiquilpandel valle de Mexicali, la parcelación del ejido. El presidente no accedió a esta petición, y la transformación de esta unidad productiva tuvo lugar durante los gobiernos posteriores que empezaron a desarrollar una contrarreforma agraria que transforma ejido colectivo en ejido con parcelas individuales y privilegió a los agronegocios.

El nuevo modelo de producción agrícola tuvo éxito por el incremento del precio internacional del algodón, propiciado por la elevada demanda de textiles para vestir ejércitos durante la Segunda Guerra Mundial y la guerra Estados Unidos-Corea. De 1940 a 1960, los productores de esta región destinaron casi la totalidad de la superficie de riego del valle de Mexicali al cultivo de esta fibra. No obstante, la intensificación del uso de la tierra originó nuevas tensiones entre ejidatarios y colonos.

A la antigua disputa por la tierra le sucedió la disputa por el agua. Los primeros denunciaban que el gobierno favorecía a los segundos en la asignación del líquido y que la CNC no los defendía, sino que apoyaba a la contrarreforma agraria. Por esta razón, los campesinos del valle de Mexicali impulsaron a nivel nacional la fractura de esta organización y fundaron la Central Campesina Independiente (CCI), desvinculandose del Estado y el PRI.

La primera movilización a nivel nacional encabezada por esta organización fue en 1964, en contra de Estados Unidos que estaba contaminando sus tierras con el bombeo profundo de aguas salobres en el valle de Wellton, Arizona. La intervención de la CCI ante este problema orilló al entonces presidente Luis Echeverría a celebrar reuniones cumbre para analizar posibles soluciones.

El éxito de la CCI en esta lucha acabó con la hegemonía de la CNC, sin embargo, al poco tiempo, los dirigentes de la organización independiente iniciaron su acercamiento hacia el PRI y el gobierno, con el propósito de obtener puestos de elección popular. Esto produjo una segunda escisión entre el campesinado y surgió la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), con líderes que militaban en el Partido Comu nista Mexicano y que reclamaban el retorno al objetivo original de la organización campesina: la unión de ejidatarios y jornaleros que para esos años había acrecentado su número en el valle de Mexicali, como resultado del boom algodonero.

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Después, en los 1980, el valle de Mexicali sufrió los efectos de la crisis internacional del precio del algodón. En esa década se abrieron nuevas áreas de cultivo de este producto en África y la India y se desarrollaron las fibras sintéticas. Esto hizo que disminuyera drásticamente la superficie de este cultivo en Baja California y que los agricultores encontraran un buen sustituto en las hortalizas, y un buen lugar para producirlas, el valle de San Quintín. Sin duda, el éxito de la horticultura en la región se debió a la cercanía de Estados Unidos, su principal mercado y principal proveedor de financiamiento y tecnología de punta; el clima ideal para desarrollar esta actividad durante los meses en que en dicho país no podía producirse; la disponibilidad de agua durante todo el año, el mayor rendimiento bruto por hectárea de la hortaliza en comparación con el algodón, pero sobre todo, los bajos costos de una tierra rentada ilegalmente a los ejidatarios y la sobreexplotación de una fuerza de trabajo indígena proveniente de Oaxaca, desconocedora de sus derechos laborales.

Todo esto atrajo la atención de las transnacionales hacia San Quintín, en donde iniciaron el esquema de agricultura por contrato que después se generalizó en todo el país. Este esquema consiste en el financiamiento y supervisión obligada de la producción hortícola en México, a cambio de garantizar la comercialización del producto en Estados Unidos.

En ese contexto, la CIOAC se trasladó del valle de Mexicali al valle de San Quintín, en donde pudo retomar la defensa de los derechos laborales de los jornaleros migrantes y empezó a denunciar los abusos cometidos por las transnacionales. No obstante, después de encabezar importantes luchas durante los ochenta, esta organización vio rebasada su perspectiva laboral-sindicalista, por los nuevos procesos de etnización y transnacionalización en la zona. En los noventa, la CIOAC empezó a desvanecer su presencia y en su lugar surgieron pequeñas organizaciones con evidentes adscripciones étnico-culturales, con presencia en ambos lados de la frontera y con una agenda diversificada que incluía los derechos culturales. Estas organizaciones son: Frente Indigena Migrante de Huitepec, Movimiento Indigena por la Unificación y Lucha Independiente, Frente Nacional In- dígena y Campesino, Asistencia Legal Indigena, Unión Alianza Huitepec, Asociación de Indígenas Oaxaqueños, Frente Independiente de Lucha Triqui, Coordinadora de Comités con Jornaleros Agrícolas y Migrantes Indígenas, Frente Mixteco-Zapoteco Binacional y posterior Frente Indigena Binacional.

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