Análisis a Fondo | El juego diabólico de inversionistas y especuladores
El peso está en el juego diabólico de inversionistas y especuladores, quienes continúan presionando al banco central a que recorte sin sentido la tasa de interés, El peso duró un buen tiempo como una moneda fuerte que levantó el ánimo de los inversionistas de las economías emergentes, y fue el principal testigo de una economía fuerte. Sin embargo, ya era tiempo de que la divisa mexicana cediera para equilibrar el mercado y convertirse en elemento de ánimo para los sectores de la economía que, si no perdían, tampoco ganaban en la estira y afloja de los mercados. Es el caso de los exportadores, de quienes envían sus remesas familiares desde el exterior, o de los agentes dedicados a los servicios turísticos, restaurantes, hoteles y otros por los que la economía nacional recibe dólares.
Pero este martes seis de agosto, los reportes de los mercados, indicaron que el dólar le ganó al peso mexicano por cuarta sesión consecutiva, en un mercado volátil. mientras persistía la incertidumbre generada por la agresiva ola global de ventas del lunes. La moneda nacional, el MXM casi llegó a cotizarse en 20 pesos por dólar (19.4613), con una pérdida de un 0.67% frente a su cierre anterior y un retroceso acumulado del 4.5% en las últimas cuatro jornadas. De hecho, en un momento de la jornada, el dólar llegó a cotizarse en 20.20 pesos por dólar.
Ante este desagradable comportamiento, motivado por la avaricia de los especuladores, principalmente, cabría que el banquero central, o los banqueros centrales, sugirieran a la Gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, si no ha llegado el momento de pausar nuevamente los recortes a las tasas de interés. Hay economistas que creen que el banco central estaría cometiendo un grave error si no recorta los tipos de interés. Parece que ha llegado el momento de que el Banxico aplique una política monetaria que abarate los tipos de interés porque si esto no ocurre, se estaría condenando a la economía a no crecer. Tras el más reciente episodio de volatilidad, que disparó el tipo de cambio por encima de los 20.20 pesos por dólar, al inicio de esta semana, se hace más imponente esta pregunta: ¿La autoridad monetaria deberá de continuar con su política de rigidez en el manejo del costo del dinero para abatir la inflación, o deberá aflojar al máximo la rigidez de la tasa de interés para aflojar los intereses a fin de aflojar el costo del dinero tan necesario en este momento para los inversionistas nacionales que necesitan dinero barato para alimentar sus empresas e industrias de todo tipo. No es momento de encarecer el costo del dinero. Al contrario, abaratarlo para lograr un mercado propicio para ensanchar la economía,
Leyendo y releyendo la infinidad de notas y reportes del comportamiento de los mercados en los últimos días, en una nota firmada por Javier Amador, Iván Fernández y Carlos Serrano, estos expertos en economía consideran que la volatilidad cambiaria, observada en los días recientes, obedece a “un episodio global de aversión al riesgo”, el cual se ha revertido parcialmente, y no por factores “idiosincrásicos”. En este sentido, la política monetaria no debería reaccionar ante estos movimientos globales, contra los cuales resulta en gran medida ineficaz. Los especialistas destacaron que, si el Banco de México mantiene las tasas de interés sin cambios, esto llevaría a que la postura de la política monetaria se mantenga “muy restrictiva” durante 2024 y 2025, pues la tasa real ex ante se ubicaría muy por encima del límite superior del rango estimado para la tasa neutral en el largo plazo, de 3.4%. El reporte de Karla Palacios, de Dinero en Imagen, concluyó la jornada de este martes 6 de agosto asegurando que el peso cerró en 19.58 por dólar con una depreciación del 1.20 % frente al precio de referencia de Reuters del lunes, mostrando signos de estabilización. Con todo, a pesar del repunte, la ligera recuperación parcial ocurrió después de que el peso acumuló una caída del 4 % en las tres jornadas anteriores, lo que lo llevó a superar brevemente la barrera de las 20 unidades por dólar por primera vez en casi dos años.