publicidad
Opinión

En 2024, hablemos de la industria nuclear

Por: Antonio Gershenson / La Jornada

En principio, aprovechando nuestro espacio de opinión en La Jornada, nuestro sincero deseo es que la salud personal y familiar, el trabajo bien remunerado y la prosperidad continúen para el año que comienza mañana lunes.

Seguramente no vamos a contar con el beneplácito de ese porcentaje de la sociedad que no está de acuerdo con la transformación de la actual realidad. No es fácil el cambio de forma de pensar o de actuar, y mucho menos considerar a toda la población del país, incluida la población más necesitada.

La idea de que la democracia la ejercemos toda la población, sin importar la religión, el grado de escolaridad o el nivel de solvencia económica de las familias, es una forma de atraso social de la oposición de la derecha, o si queremos nombrarle, de la gente conservadora o reaccionaria.

Tampoco la población neoliberal acepta que, como ya se ha mencionado en varias ocasiones durante la conferencia matutina presidencial, todos los votos tienen el mismo valor. El derecho a depositar en una urna la elección personal secreta por cualquier contendiente es un valor democrático que debe defenderse todos los días.

El hecho de que un grupo pequeño decida por millones de personas es un atraso social que ya no cabe en la actualidad. Las consultas, los debates públicos y las encuestas son un conducto que ayuda a la consolidación de la democracia. Aunque es indispensable informar ampliamente a la población en general acerca de los temas sobre lo que se tratará alguna encuesta, sondeo, etcétera, la práctica permitirá un buen resultado.

Lo anterior lo experimentaremos con mayor frecuencia en diversos ámbitos. Por ejemplo, en cuanto al tema de la soberanía energética, la ciudadanía participará libremente, esperemos, de aquí en adelante.

Cuando se llevó a cabo la consulta popular para conocer la opinión de la población acerca de la venta de Pemex, la respuesta fue masiva y en ese momento nos dimos a la tarea de informar ampliamente la razón por la que la soberanía energética debe defenderse.

Para el año que está a unas horas de comenzar, continuaremos con la información acerca de la importancia de la industria nuclear, que nos trae el beneficio de disminuir elementos tóxicos que están dañando el ambiente.

La industria nuclear es favorable para la disminución del costo de la energía eléctrica, incluso es mucho menor que el de otras fuentes energéticas, por ejemplo, el de la utilización de los combustibles fósiles.

México es un país deficiente en la utilización del uranio para el abasto de electricidad. Se han inventado historias que plantean la inutilidad y peligrosidad de la industria nuclear.

Sin embargo, es una de las fuentes más confiables para obtener energía eléctrica. El temor hacia lo nuclear se debe a que la población no tiene la información completa.

La utilización del uranio y otros elementos que lo potencian, que lo hacen más fácil de manejar y, sobre todo, que disminuyen el riesgo de toxicidad, es información que sólo se difunde entre especialistas.

Seguramente, con la Nueva Educación en México, este y otros temas relacionados con los energéticos van a ser parte de los objetivos de los programas educativos, basados en el análisis de los acontecimientos y de la obtención de conclusiones generadas por los propios estudiantes. Es imprescindible desarrollar, asimismo, un lenguaje más sencillo y adecuado para la población en general y de cualquier edad.

Continuaremos, entonces, a partir del año que comienza, con la tarea de informar y de exponer nuestra opinión acerca del desarrollo de la industria nuclear para beneficio de toda la población y, como ya dijimos, para disminuir los niveles de contaminación por dióxido de Carbono (CO2), el cual es uno de los objetivos principales de los acuerdos mundiales para disminuir el calentamiento global.

También es una oportunidad para recalcar que los hallazgos científicos deben servir para mantener la paz y alejar las intenciones de dominio de la humanidad por unos cuantos magnates que todo lo compran, incluso los recursos naturales para continuar con la fabricación de armamento bélico que no beneficia a nadie en absoluto.

Nos corresponde compartir, en lo posible, cualquier avance de la ciencia física que tenga que ver con la industria nuclear mexicana. Especialmente, continuaremos desde este espacio rechazando cualquier intención proveniente de corrientes ideológicas que buscan la dominación económica y política a través de programas bélicos.

Decíamos el 15 octubre de 2020 que las innumerables guerras entre gobiernos capitalistas y aquellos que buscaron la vía al socialismo obligó a la ex URSS a incrementar sus estudios sobre las armas no convencionales.

Los avances en la fabricación de armas nucleares fueron y han sido un motivo de distanciamiento, de competencia y de acusaciones por parte de los enemigos de la antigua Unión Soviética.

X: @AntonioGershens

Related Posts