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En Matamoros, suben a menores a inflables para pasarlos a Brownsville

Por: Julia Le Duc, corresponsal La Jornada

Matamoros, Tamaulipas. Sobre una alberca inflable, niños venezolanos son cruzados de Matamoros a Brownsville en el sur de Texas; las familias se niegan a empezar el nuevo año de lado mexicano y sin medir los riesgos se dirigen a la orilla texana con sus hijos.

El lugar donde cruzan es el punto en el que la semana pasada se ahogaron dos migrantes, apenas hay vigilancia en el lado mexicano mientras en Estados Unidos militares buscan inhibir los cruces ilegales.

Durante las últimas dos semanas, los cruces han sido constantes, no se suspendieron ni siquiera cuando un venezolano y un haitiano se ahogaron a mitad de río Bravo, porque quedaron atrapados entre fango, basura y el muro acuático.

En México, agentes de Migración se ven rebasados para contener a la multitud que se lanza al afluente a todas horas, incluso durante la madrugada.

Gladys Cañas, activista de la agrupación pro migrante Ayudándoles a Triunfar, que brinda asistencia a los indocumentados y sus familias, aseguró que la desesperación se refleja en los cruces masivos de personas que han pasado hasta por siete países para llegar a Estados Unidos.

Todos vienen de situaciones muy difíciles, no están aquí por gusto, están por necesidad y (al llegar a la frontera) se sienten muy cerca de su objetivo, por eso cruzan, aun cuando les comentamos el riesgo que corren, y que muy seguramente van a ser deportados, explicó.

Desde la orilla mexicana, las personas en tránsito aún avecindadas en el campamento a cielo abierto, observan del lado estadunidense a oficiales de la Patrulla Fronteriza y la Guardia Nacional de los Estados Unidos, quienes colocaron dos cercados de tela de alambre para frenar el paso.

Denuncian abuso de agentes

Mientras en México, extranjeros denunciaron a oficiales de migración que el jueves los intimidaron para quitarles dinero, destruir sus pertenencias y en el caso del haitiano Ernest Gedeon, de 41 años, llevárselo detenido.

Fue Patricia Dagger, de 37 años, también originaria de Haití y embarazada, quien reveló cómo los agentes mexicanos se lo llevaron con rumbo desconocido la madrugada del 28 de diciembre, el hecho fue documentado por activistas pro migrantes que exigen cesar acciones hostiles contra estas personas.

Los defensores dieron a conocer que además del campamento a cielo abierto, en Matamoros, otros tres albergues en favor de los extranjeros también se encuentran rebasados.

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