Fintech desatan guerra de tasas para atraer más clientes; recelo de bancos
El nivel de las tasas de interés que cobran las instituciones financieras tecnológicas en préstamos de consumo es lo que les permite ofrecer atractivos rendimientos en sus cuentas de ahorro, mismos que llegan hasta 15 por ciento, indicaron analistas del sector.
Además, los bajos costos de operación que tienen por el hecho de prácticamente no tener sucursales y trabajar de forma digital ha desencadenado una guerra de tasas de rendimiento
, que no cesará por lo que resta del año y habrá jugadores que ofrezcan productos con mayores tasas de retorno en los siguientes meses, señalan.
Aunque las autoridades del sistema financiero prefirieron no responder si los altos rendimientos que ofrecen estas instituciones pueden significar un riesgo a futuro, sugieren al público diversificar el ahorro y tomar una decisión informada antes de dejar sus recursos en cualquier entidad, ya sea sociedad financiera popular (Sofipo) o banco comercial.
En meses recientes se ha desencadenado una competencia entre algunos participantes del sector financiero, que comenzaron sus operaciones como fintech y han adquirido Sofipos o bancos.
Nu, que ahora opera como Sofipo, fue la primera institución que anunció una cuenta de ahorro con un rendimiento de 9 por ciento a tasa anual. Le siguió Ualá ABC, firma que adquirió un banco, con un retorno de 12 por ciento, mientras la semana pasada Stori, que tiene una Sofipo, anunció un producto con un rendimiento de 15 por ciento anual.
Carlos Valderrama, socio fundador de la firma Legal Paradox, especializada en el sector fintech, explicó en entrevista que el modelo de los bancos y las instituciones financieras siempre se ha basado en otorgar créditos a tasas más altas que la fijada por los bancos centrales y prestar a un costo más bajo, sin embargo, las financieras digitales han tomado la decisión de incrementar los rendimientos para atraer más clientes.
Agregó que un financiamiento de consumo puede llegar a tener un costo anual total superior a 500 por ciento, mientras los productos de ahorro ofrecen un retorno de entre 6 y ahora 15 por ciento, lo cual ofrece a bancos y fintech un diferencial de 480 por ciento que se convirtie en utilidades y por eso se pueden ofrecer estas tasas
.
También apuntó que el hecho que estas instituciones hayan nacido
como fintech les permite operar a costos más bajos al no tener sucursales.
Si camina como pato
Al mismo tiempo, por medio de los canales digitales, tienen un alcance mayor al de las entidades tradicionales ya que “es posible que puedan llegar a ser vistos por un millón de personas en cuestión de minutos por Internet, y no es lo mismo que tener una sucursal por la que diariamente pasen personas pero no se metan.
“Las empresas de reciente creación tienen la capacidad de desplazar y sacar completamente a competidores tradicionales. Las fintech lo están haciendo, se enfocan en nichos desatendidos, que para los tradicionales no es rentable, Luego se especializan en cliente por cliente, les ofrecen productos gratis, los felicitan en su cumpleaños, es una atención diferente”, destacó.
Nu, en su sitio de Internet, anuncia que la tasa promedio de interés anual es de 68.43 por ciento sin contar el IVA, y otorga rendimientos anuales de 9 por ciento.
En el caso de Ualá ABC, una fintech de origen argentino, que adquirió un banco mexicano para seguir con sus operaciones y su proceso de expansión, cobra una tasa de interés promedio anual de 66.3 por ciento y otorga rendimientos de 12 por ciento.
Por último, Stori, que tiene diversos modelos de tarjetas de crédito, cobra una tasa de interés promedio de 99.94 por ciento y otorga rendimientos de 15 por ciento.
La guerra por dar mayores rendimientos ya inició en México, y posiblemente en los siguientes tres meses, un nuevo competidor se anime a ofertar un producto con una tasa de retorno mucho más alta
, afirmó Valderrama.
La Asociación de Bancos de México (ABM) dijo esta semana que para ellos la competencia es bienvenida, siempre y cuando las autoridades regulen con piso parejo
a todas las instituciones de crédito, pues hoy en día, hay financieras populares que no lo parecen
.
Creemos que las Sofipos deben seguir existiendo, pero como dice la regla, no deben de tener arriba del 3 por ciento de capital por cada uno de los accionistas o asociados. Y lo que estamos viendo es que las Sofipos que entran al mercado están muy lejos de ser populares, entonces como les digo a nuestros amigos de Nu, nos da mucho gusto ver que algo que tiene alas de pato, patas de pato, picos de pato y hace cua cua, ahora sí va a ser banco
, declaró en conferencia Julio Carranza, presidente de la ABM.
Daniel Becker, vicepresidente de la ABM, afirmó que los bancos celebran que estas empresas tecnológicas “han hecho cosas extraordinarias y a nosotros nos han obligado a ponernos las pilas, pero una vez que estén en el sistema regulado con las mismas reglas, ya veremos ahí si efectivamente podrán seguir pagando las mismas tasas con los mismos costos.
“Operan una cantidad de clientes impresionante con una infraestructura muy pequeña, pero eso se debe a que como fintech apalancan todo a través de la tecnología y eso les permite atender millones de clientes. Una vez que estén bajo el entorno regulatorio bancario, creo que tendríamos que ver si pueden seguir otorgando las mismas condiciones”, planteó Becker.
Decisiones informadas
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) recomendó al público tomar una decisión sobre inversiones bien informada.
Las Sofipos cuentan con una cobertura para su patrimonio de hasta 25 mil Udis, por parte del Fondo de Protección de las Sociedades Financieras Populares y de Protección a sus ahorradores, mientras la cobertura que se ofrece a los ahorradores de la banca múltiple es 16 veces mayor (equivale a 400 mil Udis), y está a cargo del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB)
.
De esta forma, la Ley de Ahorro y Crédito Popular define que las Sofipos al dedicarse a sectores de finanzas populares deberían captar montos menores y, por tanto, proteger montos de ahorro menores en comparación con los bancos.