125 años del natalicio de Carlos Pellicer, poeta e impulsor de utopías
Ciudad de México, 16 de enero.- El trópico entrañable, de belleza en carne viva, encontró en el poeta tabasqueño Carlos Pellicer un admirador de su exuberante paisaje natural, asombro que reflejó en su escritura. Considerado un vanguardista literario en la modernidad del siglo XX, también impulsó la utopía de la educación al lado de José Vasconcelos, al tiempo que ejerció el magisterio con un ejemplo de interés en el pasado prehispánico. Integrante del grupo de intelectuales los Contemporáneos, también fue un político e promotor de museos. Hoy se cumple el 125 aniversario de su nacimiento en San Juan Bautista de Villahermosa, en 1897.
“Naturalmente que el mundo es malo, pero es hermoso”, pronunció Pellicer en su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua, en 1953. “Gracias a la alegría del idioma he conseguido algún aliento para cantar las grandes cosas del hombre. De niño, me fue revelado el heroísmo de Cuauhtémoc. De joven, la gloria de Bolívar. Más tarde conocí la intimidad prodigiosa de san Francisco de Asís y de san Juan de la Cruz. La propensión a lo heroico data de mi niñez. A los 11 años escribí los primeros versos y fueron inspirados por el sacrificio de nuestro libertador, don Miguel Hidalgo. Tres años después descubrí el paisaje y también hice unos versos.
“Mi geografía corporal está formada por Tabasco, donde nací, y el valle de México, donde he pasado la mayor parte de mi vida. Tengo así, un pie entre el agua y otro en el aire”, anunció en esa ocasión. “Siento tan hondamente en mi sangre el arte antiguo de México, el arte prehispánico”.
Feligrés de los sentidos
Carlos Monsiváis lo llamó “feligrés de los sentidos” al escribir en el libro Iconografía, publicado por el Fondo de Cultura Económica en 2003: “Pellicer es tradicional porque le importa exaltar los motivos de su admiración, y es modernísimo, porque nunca cede al empecinamiento doctrinario y a las rutinas literarias”. En el texto introductorio clasificó las tradiciones del poeta en las de la fe, las literarias, las del amor, de la amistad, del arte y de la enseñanza.
“En la obra pelliceriana, un equivalente de la fe es la belleza y, también, el placer de lo bello requiere de generosidad”, y señala que desde 1920 establece su gran territorio poético y en un acto, a fin de cuentas místico, “expropia” el paisaje y lo halla el hilo conductor en el resto de su obra: el ánimo viajero, las vivencias utópicas que entremezclan la serenidad y el júbilo de todos los días.
Su primer libro fue Colores en el mar y otros poemas (1921), su producción literaria, más de 20 libros de poesía, y ordenó seis antologías, cuatro obras póstumas; Luis Mario Schneider realizó la edición de su obra completa. En 1978 se instauró en su honor el Premio Iberoamericano Bellas Artes Carlos Pellicer.
Al lado de Jaime Torres Bodet, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Antonieta Rivas Mercado, Andrés Henestrosa, Clementina Otero y Gilberto Owen integró el círculo de intelectuales creadores de la revista Contemporáneos.
Aunque algunos mencionan 1899 como su fecha de nacimiento, el gobierno de Tabasco y su sobrino Carlos Pellicer López confirmaron que este 16 de enero se conmemora su aniversario natal 125.
Hoy, a las 10 de la mañana, se hará un homenaje al político y poeta tabasqueño en el Palacio de Bellas Artes, el cual también se transmitirá en vivo a través del perfil de Facebook de la Secretaría de Cultura federal y en redes sociales del gobierno de México.
Originalmente, el acto se llevaría a cabo en su natal Tabasco, tierra que comparte con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, de recuperarse totalmente de covid-19 y resultar negativo en su prueba, podría asistir hoy al recinto en el Centro Histórico, informó el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en la conferencia matutina del pasado viernes.
López Obrador, admirador de su legado
En múltiples ocasiones López Obrador ha manifestado su admiración desde su juventud por el poeta, a quien ha reconocido como pilar en su formación política. Lo conoció en 1975, cuando el joven Andrés Manuel era estudiante en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y lo acompañó en su campaña al Senado de la República, al que fue elegido en 1976. De ese periodo, evoca su defensa apasionada en favor de los indígenas chontales.
La noticia de su muerte, el 13 de febrero de 1977 fue recibida por López Obrador al llegar a visitarlo en su casa en Sierra Neveda, en Las Lomas.
Pellicer Cámara inició su activismo político desde temprana edad. Debido a su activa participación en el vasconcelismo fue encarcelado y torturado en 1930. Años más tarde, en 1937, viajó a España con Silvestre Revueltas, Juan de la Cabada y Octavio Paz, entre otros, para solidarizarse con la República Española. Ese año publicó Hora de junio, uno de sus libros más reconocidos.
En el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz fue encarcelado por repartir volantes contra la intervención de Estados Unidos en República Dominicana.
Como gran interesado en el arte precolombino, trabajó en la creación del Museo Arqueológico de Villahermosa, el cual dirigió hasta su muerte. Debajo de las escaleras en ese recinto que hoy lleva su nombre tenía una modesta habitación donde dormía, que fue reproducida y es exhibida en su casa-museo en Villahermosa.
También organizó los museos del Parque de la Venta, el Arqueológico de la Universidad de Sonora, en Hermosillo; el de sitio en Palenque, Chiapas, el Museo Arqueológico de Tepoztlán, Morelos (al que donó su colección), el Museo-Casa Frida Kahlo y el Museo Anahuacalli, estos dos ubicados en la Ciudad de México.
Su restos yacen en la Rotonda de las Personas Ilustres en el Panteón de Dolores, en la capital del país.