Calderón y Peña condonaron 15 mil 848 mdp de impuestos a Banamex
Ciudad de México, 14 de enero.- La venta “al mejor postor” de una parte de Grupo Banamex posibilita la conclusión de un largo ciclo de pérdidas para la hacienda pública. Durante dos sexenios el banco fue el segundo negocio más beneficiado por los privilegios fiscales desplegados durante los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con lo publicado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, a la institución financiera se le condonaron impuestos por 15 mil 848 millones de pesos en dos sexenios. La administración de Calderón Hinojosa renunció a cobrarle 5 mil 24 millones de pesos, mientras Peña Nieto duplicó el beneficio a casi 10 mil 824 millones de pesos.
Como resultado Banamex fue el segundo corporativo más socorrido por los privilegios fiscales durante las últimas dos administraciones, sólo detrás de Televisa. A la empresa de contenidos se le eximió de entregar 20 mil 488 millones de pesos en impuestos, en un país con la recaudación más baja de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
El pasado 11 de enero Citi anunció la venta de sus negocios de banca minorista y empresarial del país. Sólo mantendrá el financiamiento a clientes institucionales, lo que implica la venta de una parte de Grupo Banamex. Al día siguiente la Secretaría de Hacienda anunció que sabía de la salida, que evitó hacerlo público antes de que el banco lo hiciera para evitar especulación y que seguirá la operación con “estricto rigor y rectitud, cuidando en todo momento los intereses de México”.
Y es que, además del aspecto de concentración del mercado financiero que hay en el país, la operación revive la controvertida venta del entonces banco mexicano a Citigroup en 2001, cuando –por medio del intercambio de acciones, y al amparo de regulaciones que pretendían fomentar el mercado bursátil– los entonces dueños encabezados por Roberto Hernández evadieron el pago de 35 mil millones de pesos en impuestos (más de 79 mil millones a valor actual).
Más allá de los beneficios de banqueros en esa venta o de las subsecuentes condonaciones que tuvo directamente la institución financiera, Banamex es sólo muestra de los beneficios fiscales que recibe una de las industrias más rentables en el país y cuyas utilidades, hasta los datos más recientes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, son 48 por ciento más altas que en 2020.
De acuerdo con lo reportado por López Obrador en septiembre, en los sexenios de Calderón y Peña a 58 empresas se les condonaron 189 mil 18 millones de pesos; de ellas, cinco son meramente bancos (Grupo Banamex, Grupo Inbursa, Grupo Bancomer, HSBC y Banorte); se suma Grupo Salinas bajo el cual se encuentra Banco Azteca y también del sector financiero GNP. En suma, estos siete negocios se beneficiaron de una reducción de impuestos por 41 mil 61 millones de pesos, prácticamente uno de cada cinco recibidos entre grandes corporativos.
Con el proceso ahora anunciado, el beneficio para las finanzas públicas dependerá de cómo se plantee la venta, pero habrá dos momentos para gravar: la restructuración del grupo para quedarse Citi con los negocios mayoristas y la venta en sí, explicó Juan Ignacio Rivero, coordinador de Comisiones Fiscales del Colegio de Contadores Públicos de México.
Cambió la ley
Detalló que en la ley ya no existen los estímulos que había para las operaciones en bolsa y que permitieron reducir el pago durante la venta de 2001 con el intercambio de acciones. Ahora se establece que cuando se vende el control de una empresa en el mercado accionario, los operadores tienen la obligación de hacer una retención de 20 por ciento sobre una operación, como ocurrió con la venta de Grupo Modelo.
Agregó que sólo hasta que se haga la restructuración y se sepa qué se venderá, podrá determinarse cómo se pagarán impuestos por la venta, pues no se grava sobre el valor de mercado de 15 mil 500 millones de dólares estimado por analistas financieros, sino por el costo fiscal, el cuál se determina por el valor actualizado del capital invertido en la compra de las acciones, a lo que se suman las utilidades que ya pagaron ISR y se les restan las pérdidas fiscales.