Transportistas: varias carreteras son «un infierno»
Ciudad de México, 11 de enero.- Persecuciones a balazos, robo de sus vehículos y mercancías, extorsiones y asesinatos, son algunas de las situaciones que enfrentan a diario los transportistas de carga al circular por las carreteras del país.
Según testimonios de miembros del gremio, hay vialidades que debido a la operación de grupos criminales y la falta de vigilancia de las autoridades se han convertido en «verdaderos infiernos», como la México-Puebla-Orizaba, Matehuala-Monterrey, Morelia-Lázaro Cárdenas, México-Cuernavaca, Urracas-Matamoros-Reynosa, Querétaro-Irapuato y el Arco Norte, por mencionar las más inseguras.
Electrónicos, llantas, equipos de cómputo, rines, telas, varillas, cemento, vinos, electrodomésticos y hasta pipas con gasolina son algunas de las mercancías que se llevan las bandas delincuenciales, que en algunos casos venden en el mercado negro o en centros de abasto.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el estado de México ocupa el primer lugar en robo a transportistas en el país, pues de un acumulado de 8 mil 446 casos denunciados (entre enero y noviembre de 2023), 3 mil 868 se perpetraron en territorio mexiquense, es decir, 45.7 por ciento, de los cuales 3 mil 331 fueron con violencia.
Autoridades rebasadas
Miembros del sector consideran que las autoridades están rebasadas y que los operativos para inhibir el delito no han dado resultado; algunos no descartan que pudiera existir complicidad con personal de las corporaciones de seguridad.
Carlos Plata Paredes, delegado en el estado de México de la Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas (Amotac), precisó que entre los puntos con mayor incidencia de robos está el Arco Norte, a la altura de Santa María Ajoloapan, en Hueypoxtla, que «es una madriguera de asaltantes
«.
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Agregó que otras zonas con la misma problemática son la carretera federal Texcoco-Lechería; el área de Pirámides, en su salida al Arco Norte; la autopista México-Puebla y su acceso hacia la Ciudad de México, así como la carretera federal México-Pachuca, en su entronque a Chiconautla y Tizayuca.
Plata Paredes expuso que ante la falta de vigilancia los integrantes de la Amotac han implementado como medidas de precaución no pararse en cualquier lugar y tratar de estar monitoreados por celular; «aunque si te interceptan en marcha, se te cierran y te bajan», indicó.
El estado de Puebla está en segundo lugar a escala nacional en cuanto a la incidencia de este ilícito; de enero a noviembre del año pasado se cometieron 2 mil 386 asaltos (siete por día), 2 mil 338 de ellos con violencia, es decir, 98 por ciento, reportó la fiscalía estatal.
Michoacán es la entidad que ocupa el tercer lugar en el país en este tipo de robos, con 642 registrados en el secretariado ejecutivo hasta noviembre de 2023; muchos de ellos fueron cometidos en la zona del Bajío que colinda con el estado de Guanajuato, en localidades como La Piedad, Puruándiro, José Sixto Verduzco, Penjamillo, entre otras, así como en el tramo Carapan-Uruapan y en la autopista Pátzcuaro-Lázaro Cárdenas.
En San Luis Potosí, estado que está en cuarto sitio a nivel nacional en la comisión de este delito, con 322 atracos en el lapso referido, la vialidad más peligrosa es la carretera federal 57, en sus tramos San Luis Potosí-San Luis de la Paz, Guanajuato; San Luis Potosí-Querétaro; San Luis Potosí-Matehuala y Matehuala-Monterrey, Nuevo León.
La Amotac ha alertado que dichos puntos son focos rojos, pues cuando los ladrones se llevan la unidad automotriz y la mercancía, las pérdidas económicas son del orden de entre 4 y 5 millones de pesos.
En Jalisco, las zonas de mayor incidencia de atracos a camiones de carga son el macrolibramiento que rodea a Guadalajara, capital de la entidad, además de la carretera que comunica con el puerto de Manzanillo, Colima, y con la región jalisciense de Los Altos.
Mientras, en Guanajuato se llegan a cometer hasta 10 asaltos de esta índole en un día, problemática que se agravó en diciembre, a raíz de la falta de vigilancia de la Guardia Nacional, aseveró Irma Serrano Macías, coordinadora de la Amotac en León. Señaló que el sector está muy golpeado por la inseguridad, la cual cobró la vida de tres operadores el año pasado.
Detalló que las autopistas y los tramos más inseguros son León-Aguascalientes, Libramiento de Irapuato, Morelia-Salamanca, Querétaro-Irapuato, Acámbaro-Celaya, Acámbaro-Zinapécuaro, Dolores Hidalgo-Ojuelos, Irapuato-León, Irapuato-Zapotlanejo, Manuel Doblado-La Piedad y Morelia-Salamanca.
Precisó que las unidades más robadas son las que trasladan electrodomésticos, llantas, abarrotes, bebidas, juguetes, refacciones y vinos, productos que suelen terminar en negocios establecidos como las centrales de Abasto de León y Celaya.
Serrano Macías agregó que al no existir apoyo de las autoridades para reforzar la vigilancia en dichas zonas, los operadores han optado por usar camiones alternos en carreteras libres para esquivar a los ladrones.
En Zacatecas la carretera federal 23, que conduce de Guadalajara, Jalisco, a Fresnillo, es la más peligrosa, sobre todo en el tramo Tlaltenango-Jerez, colindante con las poblaciones jaliscienses de Huejúcar y Colotlán.
Otras vías en las que es recurrente el despojo de vehículos es la carretera federal 45 México-Ciudad Juárez, entre Fresnillo y Sombrerete; la 54, que cruza y comunica a Zacatecas con Saltillo, Coahuila, entre las localidades de Villa de Cos y Mazapil, así como las carreteras 181 y 121.
En junio pasado, Salvador González Reyes, delegado en la entidad de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos, fue asesinado en sus oficinas de la capital del estado; el crimen causó indignación en el gremio.
En Quintana Roo, líderes transportistas coincidieron en que las vías del estado en general son seguras; sin embargo, denunciaron que el mayor problema que enfrentan en el estado, sobre todo en las vías del sur (Bacalar-Chetumal y Chetumal-Escárcega), es la corrupción de elementos de la Guardia Nacional. Aseguraron que cuando éstos observan algún percance piden moche de entre 10 mil y 15 mil pesos para no llevar los camiones al corralón.