Se captó un calamar colosal en su hábitat natural por primera vez en la historia
A lo largo de la historia, el calamar colosal ha sido más un objeto de leyendas que un objeto de estudio; y no es coincidencia, esto se debe a que es elusivo, habita sólo en las aguas antárticas y suele mantenerse a más de dos kilómetros de profundidad.
Hasta hace unos días, sólo se habian observado seis ejemplares de calamar colosal, todos en la superficie y la mayoría muertos o agonizantes. El más grande que se ha capturado a la fecha medía 5 metros, aunque sabemos que estos gigantes del abismo pueden llegar hasta los 15 metros y pesar 750 kilos. ¿Cómo lo sabemos? Por tentáculos encontrados dentro de los estómagos de los cachalotes: sus némesis y enemigos mortales. De hecho, casi todo lo que sabemos del calamar colosal es gracias a los cachalotes.
Las cicatrices de guerra del depredador más grande del mundo, los pedazos que se quedan pegados a su piel y el contenido regurgitado de sus entrañas nos han dado una idea aproximada del tamaño de estos gigantes. Los hemos visto muchas más veces muertos y en pedazos que vivos y completos. Hay un dicho en internet, aunque no tan común, que versa: si en algún momento crees que tu vida es aburrida, recuerda que en algún lugar del mundo hay, en este momento, un calamar colosal teniendo una pelea a muerte con un cachalote en las profundiades del océano.
Pero es esta falta de evidencia lo que nos ha llevado a especular. En varios cachalotes se han encontrado heridas y cicatrices de ventosas que, si son consistentes con las proporciones conocidas del calamar colosal, podrían evidenciar la existencia de ejemplares de casi 50 metros de largo. De hecho, el avistamiento registrado del calamar más grande lo describe en aproximadamente eso: medio centenar de metros de longitud. No obstante, este avistamiento se dio en 1903 y no existe forma de constatar su credibilidad. Así, podríamos utilizar al Kraken de la mitología nórdica (que seguramente se inspiró en uno de estos calamares) como evidencia del tamaño que en teoría podrían alcanzar.
Sin embargo, con el paso de los años y el avance de la tecnología, la mitología del calamar colosal deja de ser parte de un legendarium y comienza a convertirse en realidad con evidencia científica. El pasado 15 de abril, el Schmidt Ocean Institute compartió el increíble hallazgo: por primera vez en la historia de la humanidad, un calamar colosal fue grabado en su hábitat natural, nadando en las profundidades.
El avistamiento se dio en las Islas Sandwich del Sur, un territorio de ultramar británico que está a 1,500 kilómetros de la Antártica. El ejemplar, un juvenil de apenas treinta centímetros de largo, fue captado a unos 600 metros de profundidad. En esta expedición del Schmidt Ocean Institute también se registraron por primera vez imágenes de otra especie casi inédita, el calamar glacial.
A pesar de este maravilloso hito, todavía nos quedan muchas preguntas por resolver sobre el invertebrado más grande del mundo. No sabemos cómo funciona su ciclo de vida, por qué de jóvenes son translúcidos y cómo se reproducen. No sabemos tampoco cuántos ejemplares hay, si son vastos o sólo unos cuantos. Ni siquiera sabemos cuál es su tamaño real: si los ejemplares de 15 metros son las norma o la exepción y si los casi mitológicos colosos de 50 metros son reales o una simple exageración.
Casi 100 años después del descubrimiento formal de los calamares colosales seguimos teniendo más preguntas que respuestas. De lo que no queda duda, es que mientras sigan este tipo de expediciones científicas, seguiremos encontrando más respuestas. No sólo de los calamares, pero de la vida que sigue oculta en los rincones más oscuros de nuestro planeta.