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Opinión

Día del Trabajo: el rol de los sindicatos para la consecución de derechos laborales

Por: Pedro Américo Furtado de Oliveira*

La conmemoración del Día Internacional del Trabajo en México, así como en otros países, representa una oportunidad para resaltar la importancia que juega el diálogo social tripartito entre instituciones de gobierno, organizaciones de empleadoras/es y organizaciones de personas trabajadoras para promover y garantizar derechos laborales.

En el caso de los sindicatos y las centrales que los agrupan, la fecha cobra aún más relevancia debido a su historia, pues esta conmemoración está vinculada de manera estrecha a los esfuerzos que, a través del tiempo, han coordinado las personas trabajadoras para el beneficio de todos y de todas, como fue el caso del movimiento de los “Mártires de Chicago”, que por medio de su huelga de 1886 dieron origen, en parte, a esta fecha.

Ante los retos actuales del mundo del trabajo, su rol sigue siendo transcendental. El cambio climático, la inteligencia artificial, las crisis económicas por las que atraviesa la región, así como los conflictos internacionales actuales ponen en jaque constante al trabajo decente y la justicia social, así como a otros derechos humanos.

En ese sentido, la voz de las trabajadoras y los trabajadores, a través de sus organizaciones, es primordial, pues son quienes tienen, de primera mano, la evidencia de los logros y los desafíos que surgen en un contexto tan cambiante como lo es el del entorno laboral.

Además, este sector tiene el potencial de catalizar, a través de sus acciones, derechos laborales para otros trabajadores que se encuentran en la informalidad y no cuentan incluso con representación sindical, como puede ser el caso de trabajadores de plataformas digitales, agricultores (jornaleras/os agrícolas), personas migrantes y/o refugiadas.

Por eso ha sido indispensable, para la Organización Internacional del Trabajo, promover el derecho de las personas trabajadoras de formar las organizaciones que consideren pertinentes, lo que además contribuye con la generación de sociedades incluyentes y libres, así como con la construcción de espacios más democráticos.

La OIT también hace énfasis en la necesidad de promover la libertad sindical y el derecho de negociación colectiva como medios claves para que, en conjunto con otros actores sociales igualmente importantes, se puedan establecer salarios justos, horarios adecuados, medidas de seguridad en los centros de trabajo, cohesión social y otros acuerdos.

Las condiciones que se han dado en México en los últimos años, a pesar de los desafíos globales, han generado un contexto laboral promisorio. La ratificación del Convenio número 98 de la OIT en 2018; la Reforma Laboral en 2019; y la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2020, son algunos acontecimientos que están transformando el mundo del trabajo en el país y están fortaleciendo la democracia sindical.

Esto, junto a los retos ya mencionados, llama a la necesidad de replantearnos la visión que tenemos sobre las organizaciones sindicales en México. Debemos reconocer que su labor es indispensable para que, en conjunto con organizaciones de empleadores, e instituciones de gobierno, impulsemos más trabajo decente y justicia social para todas las personas. El trayecto que hemos recorrido en México, y el mundo, es una prueba irrefutable de su importancia actual e histórica.

*Director de la Oficina País de la OIT para México y Cuba

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