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Opinión

American curios | Tercera llamada

Por: David Brooks

Las expresiones disidentes en Estados Unidos –los estudiantes y otros contra la complicidad con Israel en su guerra, la defensa de los libros y la libertad de expresión contra la censura ultraderechista, la lucha por los derechos de los trabajadores, de las mujeres, de la comunidad gay, de los derechos civiles básicos de las minorías, los indígenas y los inmigrantes, contra el descontrol de las armas de fuego, la lucha por la justicia ambiental, entre otras cuestiones– se manifiestan en este país de manera cotidiana. De ello depende la supervivencia de lo que queda de esta democracia y el futuro de esta república.

Esta es la tercera llamada para lo que abiertamente se anuncia como una obra neofascista, con vocabulario ya conocido. La primera llamada fue la elección de 2016, la segunda fue el primer intento de un golpe de Estado en la historia de Estados Unidos, en 2021. La tercera es la elección presidencial que culminará en noviembre de este año. Todos los días se anuncia la gravedad de un triunfo de Trump. No pocos ya están haciendo planes para el autoexilio –y no están bromeando.

Los cómplices de Trump –desde jueces de la Suprema Corte, el liderazgo republicano en el Congreso, los estrategas de la ultraderecha, reverendos cristianonacionalistas, los think-tanks conservadores y empresarios derechistas– ya están haciendo planes que implementarán tan pronto retorne Trump a la Casa Blanca. Según ellos, éstos incluyen deportaciones masivas sin precedente de migrantes que en palabras de Trump «están envenenando la sangre» de este país (vocabulario literal de Mein Kampf), anulación de regulaciones ambientales y laborales, desmantelamiento del estado de bienestar social, despidos masivos del sector público, medidas para reprimir expresiones disidentes, entre otras.

«Trump y sus aliados están abrazando abiertamente el fascismo y es hora de que los medios dejen de tener miedo de usar esa palabra», afirma el comentarista y ex secretario de Trabajo Robert Reich.

A veces los actores entienden de obras macabras y sus implicaciones. A Jane Fonda le preguntó una joven qué consejos tiene para su generación Z. Respondió que “la elección de noviembre es una elección existencial, cómo votamos en este país tendrá mucho qué decir sobre si habrá un futuro para tu generación… el hombre anaranjado… eso es fascismo… y nos va a aniquilar”. Citó a Greta Thunberg diciendo que «todos están en busca de la esperanza. No busques la esperanza. Busca la acción y de ahí brotará la esperanza».

Y las acciones de la juventud continúan ofreciendo esperanza. Hace un par de años en referencia al movimiento ambientalista, pero tal vez con mayor relevancia ahora, el actor Harrison Ford comentó: «hay una nueva fuerza de la naturaleza surgiendo en todo el mundo. Son los jóvenes, a los que, francamente, hemos fallado, quienes están enojados, que están organizados, que son capaces de cambiar las cosas, son un ejército moral. Y la cosa más importante que podemos hacer por ellos es quitarnos de su camino».

Esas expresiones disidentes encabezadas por los jóvenes continúan hoy en el movimiento en contra de la guerra de Israel y la complicidad estadunidense que estalló por todo este país. La portada de la revista The New Yorker de esta semana es un dibujo de estudiantes subiendo a un escenario para recibir sus diplomas en sus vestimentas de graduación con sus manos amarradas atrás por las esposas de plástico y escoltados por policías, y se llama «generación de 2024».

No es que no haya consciencia y actos diarios de disidencia, pero aún no se consolida una resistencia masiva contra la amenaza neofascista.

Por eso, en esta tercera llamada, urge un movimiento de solidaridad internacional con los gringos para apoyarlos en su lucha y hasta tal vez (repitiendo ideas expresadas aquí durante la primera llamada) ofrecer brigadas internacionales para defender la democratización de la república estadunidense (en lugar de una brigada Lincoln, tal vez podrían ser Brigadas Juárez, o Martí, o Bolívar, o Mandela) antes de que se permita el estreno de una obra con consecuencias devastadoras aquí y en todo el mundo.

Tom Waits & Marc Ribot. Bella Ciao. https://www.youtube.com/watch?v=50GvkAO0OIg

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